Paula y la valentía de Luna
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Arcoiris, una niña llamada Paula. Paula era una niña alegre y curiosa, le encantaba jugar al aire libre y descubrir nuevos lugares.
Sin embargo, Paula tenía un gran miedo que la atormentaba: ¡las arañas! Desde que era muy chica, Paula había tenido pánico a las arañas. Cada vez que veía una araña, se ponía a gritar y corría asustada en busca de ayuda.
Sus padres intentaban calmarla y explicarle que las arañas no eran peligrosas, pero el miedo de Paula parecía ser más fuerte. Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, Paula vio una enorme araña negra tejiendo su tela entre dos árboles.
El corazón de la niña comenzó a latir rápidamente y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Quiso gritar pidiendo ayuda, pero esta vez algo diferente sucedió. -¡Tranquila Paula! -dijo una voz calmada detrás de ella.
Paula se dio vuelta y vio a Luna, la anciana del pueblo conocida por sus sabias palabras y consejos. -Luna, ¡hay una araña enorme en el jardín! ¡Tengo mucho miedo! -exclamó Paula temblando. Luna sonrió con ternura y se acercó a ella.
-Entiendo tu miedo querida Paula, pero debes recordar que las arañas son criaturas fascinantes que nos ayudan a mantener equilibrado nuestro ecosistema -explicó Luna-.
¿Te gustaría saber más sobre ellas? Paula asintió con curiosidad y Luna comenzó a contarle historias sobre las increíbles habilidades de las arañas para tejer telarañas y cazar insectos. Le mostró cómo algunas especies eran inofensivas para los humanos y cómo contribuían al control de plagas en los cultivos.
Poco a poco, el miedo de Paula fue transformándose en admiración y respeto hacia estos pequeños seres. Comenzó a observarlas con atención e incluso se animó a acercarse a ellas sin sentir pánico.
Un día, mientras caminaba por el bosque cerca del pueblo, Paula encontró una araña atrapada en una telaraña rota. En lugar de huir despavorida como hubiera hecho antes, decidió ayudarla con cuidado a liberarse. -¡Gracias por ayudarme! -dijo la araña sorprendida-. Eres valiente y amable.
Desde ese momento, Paula perdió por completo su miedo a las arañas. Se convirtió en defensora de estos insectos tan incomprendidos e incluso les construyó refugios especiales en su jardín para protegerlas.
La historia corrió por todo el pueblo y pronto todos admiraron la valentía y bondad de la pequeña Paula.
A partir de entonces, cada vez que alguien sentía miedo o duda frente a algo desconocido recordaba la historia de cómo Paula superó su mayor temor gracias al conocimiento y al amor hacia la naturaleza. Y así fue como aquel pequeño pueblo aprendió que enfrentar nuestros miedos puede llevarnos por caminos inesperados llenos de sorpresas maravillosas.
FIN.