Paula y su mundo de juegos
Paula era una niña alegre y activa, a quien le encantaba jugar con sus amigos del barrio. Pero había algo que la diferenciaba de los demás: Paula estaba enferma y no podía salir de su casa con frecuencia.
A pesar de esto, su espíritu curioso y creativo la llevaba a buscar maneras ingeniosas de divertirse. Un día, decidió utilizar internet para conectarse con niños de otros países y así descubrir nuevas formas de jugar.
Conoció a Amira, una niña de Marruecos, con quien aprendió a jugar al juego de la cuerda árabe. También se hizo amiga de Hiro, un niño japonés que le enseñó a hacer origami.
Paula compartía sus propios juegos argentinos, como la rayuela y el escondite, y enseñaba a sus nuevos amigos a bailar el tango. A medida que se sumergía en diferentes culturas, Paula descubría que el mundo era mucho más grande y diverso de lo que imaginaba.
Los días en los que se sentía más débil encontraba consuelo jugando y riendo con sus amigos de otros países. A pesar de las dificultades, Paula encontró una manera de conectarse con el mundo exterior y de expandir su horizonte a través del juego y la amistad.
FIN.