Pedrito y la pandilla de amigos


Pedrito era un niño muy simpático y curioso que acababa de mudarse a una nueva ciudad. Estaba emocionado por comenzar en su nuevo colegio, pero al llegar se dio cuenta de que no conocía a nadie.

Se sintió solo y triste al ver a los otros niños jugando juntos en el patio. Al entrar al aula, la maestra lo presentó a sus compañeros.

"-¡Chicos, les presento a Pedrito, nuestro nuevo compañero! Espero que lo reciban con mucho cariño y lo ayuden a integrarse", dijo la maestra con una sonrisa amable. Pedrito se sentó en su pupitre y observó cómo los demás niños seguían jugando y riendo juntos en grupos.

Se sintió aún más triste y pensó: "¿Cómo voy a hacer amigos si todos parecen tener sus propios grupos?"Durante el recreo, Pedrito se quedó solo en un rincón del patio mirando hacia abajo.

En ese momento, escuchó una voz amigable que le preguntaba: "-¿Estás bien? ¿Por qué estás solo?" Era Martina, una niña con trenzas largas y una sonrisa cálida. Pedrito levantó la mirada sorprendido y respondió tímidamente: "-No conozco a nadie aquí, me siento solo.

" Martina le extendió la mano y le dijo: "-¡Vamos! Te presentaré a mis amigos. "Así fue como Pedrito conoció a Martina, Mateo, Sofía y Tomás. Juntos jugaron al fútbol, dibujaron en el patio e incluso compartieron su almuerzo.

Poco a poco, Pedrito empezó a sentirse más feliz y cómodo en su nuevo colegio. Un día, durante clase de arte, la maestra les propuso hacer un mural colaborativo para decorar el salón. Cada niño tendría que pintar algo que representara la amistad.

Pedrito decidió dibujar una gran sonrisa rodeada de corazones. Al terminar el mural, todos los niños quedaron maravillados con el resultado.

La maestra felicitó al grupo por trabajar juntos tan armoniosamente y destacó el mensaje de amor y amistad plasmado en la obra. Desde ese día, Pedrito ya no se sentía solo en el colegio. Había encontrado amigos verdaderos que lo aceptaban tal como era.

Y comprendió que la verdadera amistad nace cuando uno está dispuesto a abrir su corazón y compartir momentos especiales con los demás. Y así fue como Pedrito aprendió que siempre hay oportunidades para hacer nuevos amigos si uno tiene una actitud positiva y está abierto a conocer gente nueva.

¡Nunca se sabe cuándo alguien especial puede cruzarse en tu camino para llenarte de alegría!

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