Pedro, el lobo activo


Había una vez un lobo llamado Pedro que vivía en un hermoso bosque rodeado de sus amigos animales. Pedro era conocido por ser el más perezoso de todos.

Pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo y comiendo, sin hacer mucho ejercicio. Un día soleado, mientras los demás animales jugaban y se divertían al aire libre, Pedro se encontraba tumbado bajo la sombra de un árbol. El conejo Lucas se acercó a él con una mirada preocupada.

"Pedro, ¿por qué siempre te quedas ahí sin hacer nada? Podrías venir a jugar con nosotros", le dijo Lucas. Pedro bostezó y respondió: "No tengo ganas de moverme, me siento demasiado cansado".

Lucas sabía que Pedro necesitaba motivación para dejar su pereza atrás. Entonces tuvo una idea. Corrió hacia el río y volvió con un trofeo imaginario colgando del cuello.

"¡Mira lo que encontré! ¡Es el premio al lobo más activo del bosque! Si haces ejercicio todos los días durante una semana, puedes ganarlo", exclamó Lucas emocionado. El premio no existía realmente, pero esa pequeña mentira blanca fue suficiente para despertar el interés de Pedro. Decidido a ganar el título de "Lobo más activo", aceptó el desafío.

Al día siguiente, Pedro se levantó temprano y comenzó su rutina diaria de ejercicios. Hizo estiramientos, corrió alrededor del bosque e incluso intentó algunos saltos acrobáticos. Aunque estaba agotado al principio, pronto comenzó a sentirse más enérgico y feliz.

Los demás animales del bosque estaban sorprendidos por el cambio en Pedro. Lo alentaron y se unieron a él en sus ejercicios diarios. Juntos, hicieron carreras, saltos de cuerda y jugaron al fútbol.

A medida que pasaba la semana, Pedro notó que su cuerpo se volvía más fuerte y ágil. Su pereza había desaparecido por completo, reemplazada por una nueva pasión por el ejercicio.

El último día de la semana llegó rápidamente, y todos los animales se reunieron para ver quién ganaría el premio imaginario. El conejo Lucas subió a una pequeña plataforma improvisada como si fuera un presentador de televisión. "Y el lobo más activo del bosque es...

¡Pedro!", anunció Lucas mientras sostenía un ramo de flores silvestres. Todos aplaudieron emocionados mientras Pedro recibía su —"premio" . Aunque era solo una broma, lo importante era que había logrado superar su pereza y descubrir lo divertido que podía ser hacer ejercicio.

Desde ese día en adelante, Pedro siguió siendo un lobo activo. Se dio cuenta de que mantenerse saludable no solo le daba energía sino también le permitía disfrutar plenamente de la vida junto a sus amigos.

La historia de Pedro enseñó a todos los animales del bosque sobre la importancia del ejercicio y cómo puede cambiar nuestras vidas para mejor. A partir de entonces, nadie más fue perezoso en aquel hermoso rincón del mundo animal.

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