Pedro Juan Caballero y la gran final entre Cerro y Olimpia




Había una vez en la ciudad de Asunción, un niño llamado Pedro Juan Caballero, un apasionado del fútbol. Su equipo favorito era Cerro Porteño, pero sus amigos en la escuela eran fanáticos de Olimpia. A pesar de las rivalidades, todos compartían la misma pasión por el fútbol.

Un día, se anunció que Cerro y Olimpia se enfrentarían en la gran final del campeonato infantil. Pedro Juan Caballero estaba emocionado por asistir al partido, pero también se sentía un poco nervioso por la tensión entre los hinchas de ambos equipos.

Desde días antes del partido, Pedro Juan Caballero escuchaba a sus amigos discutir sobre quién sería el ganador. Algunos decían que Cerro llegaría a la victoria, mientras que otros afirmaban que Olimpia estaba en su mejor momento.

Llegó el día del gran partido, y Pedro Juan Caballero se encontraba en el estadio con sus amigos, cada uno llevando la camiseta de su equipo favorito. La emoción en el aire era palpable, y los ánimos estaban al tope.

El partido empezó y ambos equipos daban lo mejor de sí en el campo de juego. La tensión aumentaba a medida que el marcador se mantenía en un empate. Pedro Juan Caballero observaba el juego con gran atención, deseando en su corazón que su equipo saliera victorioso.

Cuando faltaban tan solo cinco minutos para el final, Cerro Porteño logró marcar un gol. La hinchada de Cerro estalló en júbilo, mientras que los seguidores de Olimpia se mostraban desanimados. Pedro Juan Caballero se encontraba eufórico, pero al mismo tiempo podía ver la tristeza en los rostros de sus amigos.

En ese momento, Pedro Juan Caballero recordó las palabras de su abuelo: 'En el fútbol, lo más importante es disfrutar el juego y respetar a los demás, sin importar quién gane o pierda'. Con estas sabias palabras en mente, Pedro Juan Caballero tomó una decisión trascendental.

Corrió hacia donde estaban sus amigos, tanto los de Cerro como los de Olimpia, y les propuso algo inesperado. -'¡Amigos! ¿Qué les parece si, en vez de pelearnos por quién ganó, celebramos juntos la pasión que compartimos por el fútbol?' Los niños dudaron por un momento, pero luego sonrieron y asintieron con entusiasmo.

Así, Pedro Juan Caballero logró unir a la hinchada, ¡y juntos celebraron la pasión por el fútbol, sin importar el resultado del partido! Desde ese día, en cada encuentro futbolístico, los pequeños hinchas de Cerro y Olimpia disfrutaban juntos, recordando que lo importante era la amistad y la pasión por el deporte, más allá de las rivalidades.

FIN.

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