Pedro y la astucia contra el Diablo



Había una vez un hombre llamado Pedro, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Pedro era conocido por ser muy astuto y siempre encontrar la manera de salir de cualquier problema.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con el mismísimo Diablo. El Diablo, sorprendido al ver a Pedro tan tranquilo, decidió retarlo. Se acercó a él y dijo: "Pedro, sé que eres muy listo, pero te apuesto a que no puedes engañarme".

Pedro sonrió y respondió: "Oh, querido Diablo, no subestimes mi ingenio. Si me das un día para pensar en cómo engañarte, podré hacerlo sin problemas". El Diablo aceptó el desafío y le concedió a Pedro su petición.

Sin perder tiempo, Pedro corrió hacia su casa para idear un plan. Esa noche, mientras todos dormían plácidamente en el pueblo, Pedro se puso manos a la obra.

Comenzó a buscar información sobre cómo engañar al Diablo y descubrió que solo había una forma de evitar ser llevado al infierno: nunca decirle al Diablo la verdad. Al amanecer del siguiente día, Pedro estaba preparado para enfrentar al Diablo nuevamente.

Se dirigió hacia el bosque donde lo había encontrado antes y esperó pacientemente. Poco después apareció el Diablo con una sonrisa maliciosa en su rostro. "Buenos días Pedro", dijo con voz siniestra. "¿Has pensado en cómo piensas engañarme?"Pedro sonrió confiadamente y respondió: "Por supuesto que sí".

Pero esta vez tenía un plan diferente en mente. "Muy bien", dijo el Diablo intrigado. "Cuéntame tu plan". Pedro se acercó al Diablo y le susurró algo al oído.

El Diablo, curioso por saber qué tramaba Pedro, no pudo resistirse y se inclinó para escuchar mejor. En ese momento, Pedro sacó una pequeña botella de su bolsillo y la abrió rápidamente. Un brillo brillante salió de la botella y envolvió al Diablo en un destello mágico.

El Diablo quedó atrapado en el interior de la botella, incapaz de hacer daño a nadie más. Pedro había engañado al Diablo utilizando su astucia e ingenio.

"¡Ja! ¡Te tengo ahora!", exclamó Pedro con alegría mientras sostenía la botella firmemente en sus manos. El pueblo entero celebró el ingenio de Pedro y vivieron felices sabiendo que nunca más tendrían que temerle al Diablo.

A partir de ese día, Pedro se convirtió en un héroe local y todos lo admiraban por su valentía y habilidad para resolver problemas difíciles. La historia de Pedro enseñaba a los niños del pueblo que siempre hay soluciones creativas a los desafíos que enfrentamos en la vida.

Les recordaba que no debían subestimar su propio ingenio y creatividad para superar obstáculos, sin importar cuán grandes o amenazantes parecieran ser. Y así, gracias a la astucia e inteligencia de Pedro, el pueblo vivió felizmente sin temor al diablo durante muchos años.

FIN.

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