Pedro y la contaminación del río
Erase una vez en un hermoso pueblo, vivía un niño llamado Pedro. Un día, mientras Pedro estaba jugando, su padre lo llamó y le dijo: "Hijo, ¿no quieres ir al campo? Te vas a distraer mientras yo realizo algunas actividades".
Pedro, emocionado por la idea de ir al campo, aceptó de inmediato. Al llegar al campo, su padre le explicó la importancia de cuidar y proteger la naturaleza.
Mientras caminaban por el campo, Pedro y su padre llegaron a un hermoso río. Pedro notó que el agua del río no lucía tan cristalina como solía ser, y le preguntó a su padre qué había sucedido.
Su padre explicó que debido a la contaminación, el agua del río se había vuelto sucia y peligrosa para los animales y las plantas que dependían de ella. Pedro se entristeció al escuchar esto y decidió tomar medidas.
Con la ayuda de algunos amigos, comenzaron a limpiar el río recolectando la basura y buscando formas de eliminar la contaminación. Organizaron actividades para concientizar a la comunidad sobre la importancia de cuidar el río y el medio ambiente.
Poco a poco, el río comenzó a recuperar su belleza y pureza, y los animales regresaron a sus aguas. Todos en el pueblo se unieron a la causa de Pedro, y juntos lograron restaurar el río a su antigua gloria.
Pedro aprendió que, a pesar de ser solo un niño, podía marcar la diferencia y proteger el mundo que lo rodeaba. Su valentía y determinación inspiraron a otros a cuidar de la naturaleza, y el río se convirtió en un símbolo de esperanza y cambio.
Desde entonces, Pedro se convirtió en un defensor apasionado del medio ambiente, recordando siempre que cada pequeña acción puede marcar una gran diferencia.
FIN.