Pedro y la fiesta de la amistad


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Flores, un niño llamado Pedro. Pedro vivía en una casa cerca de un hermoso jardín lleno de flores de colores brillantes y árboles frondosos.

Sin embargo, todos los días, a la misma hora, Pedro se sentaba en la entrada del jardín y lloraba sin parar. Los vecinos del pueblo se preguntaban por qué Pedro lloraba tanto, pero nadie sabía la razón.

Un día, la maestra de la escuela local, la señorita Ana, decidió acercarse a hablar con él. "Hola Pedro, ¿por qué lloras todos los días a la entrada del jardín?", preguntó la señorita Ana con cariño.

Pedro levantó su rostro empapado en lágrimas y le contó a la señorita Ana que se sentía solo porque no tenía amigos con quienes jugar en el jardín. La señorita Ana sintió mucha tristeza al escuchar esto y decidió hacer algo al respecto.

"No te preocupes Pedro, ¡voy a ayudarte a encontrar amigos!", exclamó la señorita Ana con entusiasmo. La señorita Ana habló con los padres de los otros niños del pueblo y les explicó la situación de Pedro.

Todos estuvieron de acuerdo en organizar una gran fiesta en el jardín para que Pedro pudiera conocer a otros niños y hacer amigos. El día de la fiesta llegó y el jardín estaba decorado con globos y guirnaldas coloridas.

Los niños del pueblo llegaron emocionados y pronto se acercaron a hablar con Pedro. Descubrieron que tenían muchos intereses en común como jugar al fútbol, leer cuentos e incluso cuidar las flores del jardín.

Pedro sonreía como nunca antes lo había hecho mientras jugaba y reía con sus nuevos amigos. Finalmente entendió que no estaba solo y que siempre habría personas dispuestas a ser sus amigos si él también lo deseaba. Desde ese día en adelante, Pedro ya no lloraba más a la entrada del jardín.

En cambio, pasaba sus tardes jugando y riendo junto a sus amigos bajo el cálido sol de Villa Flores.

Y así fue como aquel niño solitario encontró la felicidad gracias al amor y amistad que le brindaron quienes lo rodeaban. Porque como dijo una vez alguien muy sabio: "La verdadera riqueza está en tener buenos amigos".

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