Pedro y las cometas del viento y la música



Pedro era un niño de ocho años que vivía en Toluca de Lerdo, una ciudad llena de vida y color. Desde muy pequeño, le encantaba pasear por la plaza central y observar a las personas que pasaban por allí.

Siempre estaba atento a todo lo que sucedía a su alrededor, desde los vendedores ambulantes hasta los músicos callejeros. Un día, mientras caminaba por la plaza, Pedro vio a un grupo de niños jugando con cometas.

Se acercó curioso y les preguntó si podía unirse a ellos. Los niños aceptaron encantados y le enseñaron cómo lanzar una cometa al aire.

Pedro se divirtió tanto que decidió pedirle a su papá que le comprara una para poder jugar en casa. "¡Mira cómo vuela mi cometa, papá! ¡Es increíble!" -exclamó Pedro emocionado mientras corría detrás de su cometa por el parque.

Su padre sonrió orgulloso al ver la felicidad de su hijo y decidió llevarlo a volar cometas todos los fines de semana. Pedro se convirtió en todo un experto en el arte de hacer volar cometas y pronto se hizo conocido en la plaza como "el niño de las cometas".

Un día, mientras volaba su cometa, Pedro escuchó música proveniente de una esquina cercana. Se acercó curioso y descubrió a un grupo de músicos tocando canciones tradicionales mexicanas. Quedó maravillado con la música y decidió aprender a tocar algún instrumento.

"¿Puedo aprender a tocar contigo?" -preguntó Pedro tímidamente al líder del grupo. El músico asintió con una sonrisa y le prestó una guitarra para que pudiera practicar.

Con dedicación y esfuerzo, Pedro fue mejorando cada día más hasta convertirse en parte del grupo musical. Ahora no solo era conocido como "el niño de las cometas", sino también como "el niño músico".

Con el tiempo, Pedro descubrió que en la diversidad cultural de Toluca de Lerdo había infinitas oportunidades para aprender cosas nuevas y desarrollar sus habilidades. Se dio cuenta de que cada rincón de la ciudad guardaba sorpresas maravillosas esperando ser descubiertas.

Así, entre vuelos de cometas y melodías musicales, Pedro creció feliz rodeado del amor y apoyo de su familia y amigos. Y aunque ya no era solo un niño curioso, seguía siendo un eterno aprendiz dispuesto a explorar el mundo que lo rodeaba con ojos llenos de asombro e ilusión.

FIN.

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