Pelusa, el gato perdido


. Desde pequeña, Isabella tenía una gran pasión por los animales y especialmente por los gatos. Siempre que veía uno en la calle, corría a acariciarlo y jugar con él.

Un día, mientras caminaba por el parque, encontró un gatito abandonado. Estaba muy delgado y parecía estar enfermo. Isabella decidió llevarlo a casa para cuidarlo. "Mamá, encontré este gatito en el parque y quiero cuidarlo", dijo Isabella emocionada.

"¿Estás segura de que puedes encargarte de él? Los gatos necesitan mucho cuidado y atención", respondió su mamá preocupada. "Sí mamá, lo prometo. Lo voy a alimentar bien y llevar al veterinario si es necesario", aseguró Isabella convencida.

La mamá de Isabella aceptó y juntas comenzaron a cuidar al pequeño gatito. Le dieron un nombre: Pelusa y le brindaron todo el amor que necesitaba para recuperarse. Con el tiempo, Pelusa se convirtió en un miembro más de la familia.

Era un gato juguetón y cariñoso que adoraba pasar tiempo con Isabella. Juntos jugaban a las escondidas, se echaban largas siestas en el sofá e incluso compartían sus meriendas. Sin embargo, un día Pelusa desapareció sin dejar rastro alguno.

Isabella estaba devastada y no podía creer que su amigo había desaparecido así como así. "Tranquila hija, seguro que volverá pronto", intentó consolarla su papá. Pero los días pasaron sin noticias de Pelusa y la tristeza de Isabella se convirtió en preocupación.

¿Dónde estaría su amigo? ¿Estaba bien? Un día, mientras caminaba por la calle, escuchó un maullido familiar. Era Pelusa que estaba atrapado en un árbol y no podía bajar.

Isabella corrió a casa a buscar ayuda y junto con su papá lograron rescatar a Pelusa. Estaba asustado pero ileso. "¡Pelusa! ¡Qué alegría verte de nuevo!", exclamó Isabella emocionada. Desde ese día, Isabella aprendió lo importante que es cuidar y proteger a los animales.

Comprendió que necesitan amor, atención y cuidados especiales para vivir felices y saludables. Y así, cada vez que veía un gato en la calle, recordaba la historia de Pelusa y se acercaba para darle una caricia y asegurarse de que estuviera bien.

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