Pepito y el vuelo valiente



Había una vez un pequeño pollito llamado Pepito que vivía en una granja junto a su mamá y sus hermanitos. Pepito era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras para vivir.

Un día, mientras exploraba por el granero de la granja, Pepito se encontró con dos gallos muy valientes llamados Tito y Juancho. Los gallos eran conocidos en toda la granja por su coraje y habilidad para proteger a los demás animales.

"¡Hola, Pepito! ¿Qué haces aquí?"- preguntó Tito con voz fuerte. "Estoy buscando algo emocionante para hacer hoy"- respondió Pepito emocionado. Juancho sonrió y dijo: "Bueno, si estás buscando emoción, podríamos enseñarte cómo ser valiente como nosotros".

Pepito saltó de alegría y exclamó: "¡Sí, sí! ¡Quiero aprender a ser valiente!". Tito explicó: "Para ser valiente necesitas enfrentar tus miedos. ¿Hay algo que te asuste mucho?". Pepito pensó durante un momento y luego dijo tristemente: "Me da miedo volar alto en el cielo".

Los gallos se miraron entre sí e intercambiaron una sonrisa cómplice. Juancho le dijo al pollito: "No te preocupes, Pepito. Vamos a ayudarte a superar ese miedo". Así comenzaron las lecciones de vuelo del pequeño pollito.

Tanto Tito como Juancho lo animaban constantemente mientras practicaban juntos en el campo de la granja. Pepita intentaba volar, pero siempre caía al suelo. Después de varios intentos fallidos, Pepito estaba a punto de rendirse.

Pero los gallos no se dieron por vencidos y decidieron probar una nueva estrategia. "Pepito, ¿sabes qué? Creo que necesitamos un poco de ayuda extra para que puedas volar alto"- dijo Tito con una sonrisa.

Los gallos llevaron a Pepito a la cima de un pequeño cerro en el campo. Desde allí, podían ver todo el paisaje y el cielo despejado. Los animales de la granja se reunieron para animar al pollito mientras los gallos le daban unas palabras motivadoras.

"Pepito, tú puedes hacerlo. No tengas miedo. Confía en ti mismo y salta lo más alto que puedas"- decía Juancho con voz firme. El pequeño pollito tomó aire profundamente y dio un gran salto hacia el cielo.

Su corazón latía rápidamente mientras sus alas batían con fuerza. Y entonces, algo increíble sucedió: ¡Pepito logró volar! Todos los animales aplaudieron emocionados mientras veían cómo Pepito surcaba el cielo con gracia y valentía.

El pollito había superado su miedo gracias a la ayuda y apoyo de sus nuevos amigos. Desde ese día, Pepito se convirtió en uno de los pollitos más valientes de la granja.

Siempre estaba dispuesto a ayudar a otros animales que tenían miedo o necesitaban coraje. Y así, gracias a Tito y Juancho, Pepito aprendió que ser valiente no significa no tener miedo, sino enfrentarlo y superarlo. Juntos demostraron que la amistad y el apoyo pueden ayudarnos a alcanzar cualquier sueño. Fin.

FIN.

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