Pequeñas acciones, grandes cambios



. Martina y Sofía eran dos amigas inseparables que vivían en una pequeña ciudad rodeada de naturaleza.

Un día, mientras caminaban por el bosque, se dieron cuenta de que cada vez había menos árboles y más basura tirada por el suelo. - ¡Qué tristeza me da ver todo esto! -dijo Martina con lágrimas en los ojos-. ¿Por qué la gente no cuida nuestro planeta? - No lo sé -respondió Sofía-. Pero podemos hacer algo al respecto.

¿Qué tal si hacemos historias animadas para concientizar a la gente sobre la importancia del medio ambiente? Martina saltó de alegría ante la idea de su amiga.

- ¡Sí! ¡Será nuestra misión salvar el mundo! Así comenzaron a trabajar juntas en sus dibujos animados. En uno contaban la historia de un pajarito que se quedaba sin hogar debido a la deforestación, en otro explicaban cómo contaminar los ríos afectaba a los peces y otros seres vivos acuáticos.

Pero pronto se dieron cuenta de que las personas no prestaban atención a sus historias. Así que decidieron ir más allá: organizaron una campaña para limpiar las playas cercanas y plantaron árboles en un parque abandonado.

La gente empezó a notarlas, y cuando les preguntaban qué estaban haciendo, respondían:- Estamos salvando el mundo.

Pronto, otras personas se sumaron a su causa y comenzaron a hacer pequeños cambios en su vida diaria para cuidar el medio ambiente: separar la basura correctamente, usar menos plástico o caminar más en lugar de usar el coche. Martina y Sofía se sentían felices sabiendo que su trabajo estaba dando frutos.

Y aunque todavía había mucho por hacer, sabían que con pequeñas acciones podían lograr grandes cambios. - ¿Viste, Sofi? -dijo Martina sonriendo-. ¡Juntas podemos hacer cualquier cosa! - Sí, amiga -respondió Sofía abrazándola-. El mundo es nuestro hogar y debemos cuidarlo entre todos.

FIN.

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