Perdida en el Bosque
Había una vez una niña llamada Yobely que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Todos los días, Yobely caminaba hacia la escuela disfrutando del canto de los pájaros y el aroma de las flores.
Un día, mientras regresaba a casa después de clases, decidió aventurarse por un camino diferente para explorar un poco más el bosque. Sin embargo, mientras se adentraba cada vez más, comenzó a darse cuenta de que había perdido su rumbo.
Yobely se encontraba sola en medio del frondoso bosque y no sabía cómo regresar a casa. Comenzó a sentir miedo y lágrimas asomaron en sus ojos.
Pero entonces recordó algo importante que le habían enseñado en la escuela: "Cuando te pierdas, mantén la calma y busca ayuda". Decidida a encontrar una solución, Yobely comenzó a caminar despacio mientras observaba atentamente su entorno. De repente, escuchó unos ruidos extraños provenientes detrás de unos arbustos.
Con cautela se acercó y descubrió que eran dos animalitos: una ardilla llamada Chispa y un conejito llamado Saltito. - ¡Hola! Soy Yobely - saludó con una sonrisa tímida. Chispa y Saltito se sorprendieron al verla pero rápidamente notaron su preocupación.
- ¿Qué te pasa? - preguntó Saltito curioso. Yobely les contó lo que había pasado y cómo se había perdido en el bosque.
- No te preocupes - dijo Chispa con voz amigable -, nosotros te ayudaremos a encontrar el camino de regreso a casa. Confiando en sus nuevos amigos, Yobely siguió a Chispa y Saltito mientras exploraban el bosque. A lo largo del camino, aprendieron sobre las diferentes plantas y animales que habitaban allí.
Saltito les enseñó cómo saltar entre las rocas sin caerse, mientras que Chispa compartió su conocimiento sobre los árboles y cómo reconocerlos por sus hojas. Después de un tiempo caminando juntos, llegaron a un claro donde se encontraba una pequeña cabaña.
Resulta que Chispa vivía allí con su familia. - Mi mamá nos enseñó a usar la brújula - dijo Chispa emocionada-. Podemos usarla para encontrar la dirección correcta hacia tu casa, Yobely.
Usando la brújula y siguiendo las indicaciones de Chispa, lograron orientarse correctamente. Poco después, encontraron el camino de vuelta al pueblo. Cuando Yobely finalmente llegó a su hogar, estaba llena de gratitud hacia sus nuevos amigos.
Se despidieron prometiendo mantenerse en contacto y recordándole siempre lo importante que es pedir ayuda cuando se necesita. A partir de ese día, Yobely valoró aún más la importancia de estar preparado cuando se aventura en lugares desconocidos.
Comenzó a llevar consigo una pequeña brújula en caso de emergencia y nunca olvidaría las lecciones valiosas que había aprendido gracias a Chispa y Saltito. Y así fue como una situación difícil se convirtió en una experiencia educativa e inspiradora para Yobely.
Desde aquel día, ella siempre recordó que nunca está sola y que siempre hay alguien dispuesto a ayudar cuando más lo necesitas.
FIN.