Perdidas en el bosque



Había una vez una chica llamada Martina, a quien le encantaba pasar tiempo al aire libre y disfrutar de la naturaleza.

Un día, decidió invitar a sus amigas Sofía y Valentina para hacer un picnic en el bosque cercano a su casa. Martina era muy aventurera y siempre estaba buscando nuevas emociones. Tomaron una canasta llena de deliciosos sándwiches, frutas frescas y jugo de naranja.

Estaban tan emocionadas por la salida que no se dieron cuenta de que ninguna de ellas sabía cómo llegar al bosque. Llegaron al borde del bosque y caminaron hacia adentro sin prestar atención a las señales o marcas en el camino.

Después de un rato, comenzaron a notar que todo parecía igual: árboles altos y frondosos por todas partes. Sofía miró a su alrededor con preocupación y dijo: "Chicas, creo que nos hemos perdido". Martina trató de mantenerse positiva y respondió: "No te preocupes Sofi, seguro encontraremos nuestro camino".

Continuaron caminando durante un buen rato hasta que finalmente se dieron cuenta de que estaban realmente perdidas. Valentina comenzó a sentir miedo mientras veían cómo el sol se ocultaba detrás de los árboles.

Martina recordó algo importante: "¡Chicas! Recuerdo haber aprendido en la escuela que si estamos perdidos en el bosque, debemos buscar agua corriente para encontrar el camino de regreso". Siguiendo su intuición, empezaron a buscar algún arroyo o riachuelo cerca.

Después de un tiempo, escucharon el sonido del agua y rápidamente se dirigieron hacia él. Encontraron un pequeño riachuelo que corría entre las piedras. Martina recordó otra cosa importante: "Si seguimos el curso del agua, nos llevará a algún lugar conocido".

Emocionadas por esta nueva esperanza, siguieron caminando junto al riachuelo mientras la luna comenzaba a iluminar su camino. Después de un tiempo, llegaron a una pequeña cabaña en medio del bosque. Llamaron a la puerta y una amable señora salió para recibirlos.

Les preguntó cómo habían llegado hasta allí y ellas explicaron lo sucedido. La señora les dijo: "Chicas, están muy lejos de donde deberían estar, pero no se preocupen, los vecinos me avisarán si alguien está perdido".

Las chicas estaban aliviadas de haber encontrado ayuda. La señora gentilmente las llevó de regreso a casa donde sus padres estaban muy preocupados por ellas. Martina aprendió una gran lección ese día: nunca debes aventurarte sin saber dónde estás o cómo volver.

Desde ese día en adelante, antes de cualquier aventura, siempre se aseguraban de tener un mapa o pedir indicaciones para evitar perderse nuevamente.

Martina también aprendió sobre la importancia de mantenerse positiva en situaciones difíciles y trabajar juntas como equipo para encontrar soluciones. Aunque fue una experiencia aterradora, también fue una oportunidad para crecer y aprender valiosas lecciones sobre seguridad y amistad.

Y así, Martina, Sofía y Valentina continuaron teniendo aventuras juntas en el bosque, pero esta vez siempre estaban preparadas y nunca se perdieron nuevamente.

FIN.

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