Periquita y el valor de la amistad



Había una vez en un hermoso jardín, una mariposa llamada Periquita. Era conocida por su colorido y sus alas brillantes que deslumbraban a todos los que tenían la suerte de verla volar.

Pero a pesar de su belleza, Periquita se sentía triste y aburrida. Un día, mientras revoloteaba entre las flores, escuchó una risa muy peculiar. Se acercó curiosa y vio a un grupo de pájaros cantando y jugando en el árbol más alto del jardín.

Uno de ellos, el jilguero Pepito, alzó la vista y vio a Periquita observándolos. "¡Hola, Periquita! ¿Por qué estás tan sola? ¡Ven a jugar con nosotros!", invitó Pepito con alegría. Periquita sintió una mezcla de emoción y miedo.

Nunca antes había interactuado con otros animales que no fueran mariposas como ella. Pero algo en la mirada amigable de Pepito le dio confianza, así que decidió unirse al grupo.

Durante días, Periquita volaba junto a Pepito y los demás pájaros. Aprendió nuevas canciones, descubrió juegos divertidos e incluso se aventuró a explorar lugares desconocidos del jardín. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía feliz y emocionada por cada nuevo día.

Pero un día todo cambió cuando llegó al jardín una bandada de cuervos malvados que comenzaron a asustar a todos los animales con sus graznidos amenazantes.

Los pájaros decidieron esconderse en lo más profundo del bosque para protegerse, pero Periquita estaba demasiado asustada para seguirlos. "¡Tranquila, Periquita! Nosotros te ayudaremos", dijo Pepito con determinación. Los pájaros idearon un plan para ahuyentar a los cuervos y proteger el jardín.

Mientras unos distraían a los intrusos con sus cantos melodiosos, otros picoteaban ramas secas para crear una nube de polvo que confundiera a los cuervos. El plan funcionó perfectamente y los cuervos huyeron despavoridos del jardín.

Todos los animales celebraron la valentía y astucia de los pájaros, especialmente de Periquita quien demostró ser parte fundamental del equipo. Desde ese día, Periquita comprendió la importancia de la amistad verdadera y el trabajo en equipo. Ya no se sentía sola ni aburrida porque sabía que siempre tendría amigos dispuestos a ayudarla en cualquier situación difícil.

Y así fue como la mariposa Periquita dejó atrás sus tristezas para vivir grandes aventuras junto a sus nuevos amigos alados en el hermoso jardín donde todos eran libres de volar tan alto como pudieran imaginar.

FIN.

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