Perrita engrida y el dálmata
En un hermoso barrio de Buenos Aires, vivía Perrita, una perrita bulldog muy engrida.
Perrita siempre se consideraba la más especial y bonita de todas las mascotas del vecindario, y le encantaba pasear presumiendo por las calles y mostrando su collar brillante. Un día, mientras paseaba, vio a un dálmata muy triste llamado Manchitas. Manchitas siempre había sido objeto de burlas por sus manchas, y Perrita se burló de él, diciéndole que no era tan bonito como ella.
Manchitas se sintió muy triste, pero sabía que no podía cambiar su apariencia. Perrita se fue, dejando a Manchitas con el corazón roto.
"No me importa lo que diga Perrita, yo sé que soy valioso por ser quien soy", pensó Manchitas, decidido a demostrar lo equivocada que estaba Perrita. Decidió pedirle ayuda a sus amigos del vecindario, y juntos organizaron un concurso de belleza diferente, donde se premiarían las habilidades y el carácter de las mascotas en lugar de su apariencia.
A medida que el concurso se acercaba, Perrita se dio cuenta de que no había sido amable con Manchitas, y empezó a reflexionar sobre sus acciones.
Cuando llegó el día del concurso, Manchitas sorprendió a todos con sus habilidades para hacer piruetas y su amabilidad. Perrita, viendo a Manchitas brillar con su verdadera luz, se sintió arrepentida por su comportamiento. Finalmente, el jurado declaró a Manchitas como el ganador del concurso, y todos celebraron su victoria.
Perrita se acercó a Manchitas para disculparse, y juntos se dieron cuenta de que la verdadera belleza estaba en ser amable y valiente. Desde entonces, Perrita aprendió a valorar a cada mascota por su carácter y habilidades, sin importar su apariencia.
Y Manchitas encontró en Perrita una verdadera amiga, cambiando el vecindario para siempre con su ejemplo de bondad y aceptación.
FIN.