Perrito Feliz Navideño
Era una cálida mañana de diciembre en el pequeño pueblo de Villa Alegría. Todos estaban ocupados preparando la llegada de la Navidad. Entre ellos, un simpático perrito llamado Chispa observaba desde la ventana de su casita. Chispa era un perro mestizo de pelaje marrón claro y orejas largas que siempre estaba lleno de energía y alegría.
- ¡Qué lindo es diciembre! - pensaba Chispa mientras movía su cola al ritmo de villancicos que se escuchaban a lo lejos. Pero había un problema: Chispa no tenía dueño, y aunque todos en el pueblo lo querían, ninguno podía llevarlo a casa. Cada Navidad, Chispa soñaba con un hogar lleno de amor.
Una tarde, mientras paseaba por la plaza, Chispa se encontró con una niña llamada Lila.
- ¡Hola, perrito! - exclamó Lila con una gran sonrisa - ¿Te gustaría jugar conmigo?
Chispa, emocionado, corrió hacia ella dando saltos.
Desde ese día, Lila y Chispa se hicieron inseparables. Jugaban a las escondidas, corrían por el parque y compartían muchas risas. Sin embargo, a medida que se acercaba la Navidad, Lila comenzó a notar que Chispa a veces se ponía triste al ver a otras mascotas siendo abrazadas por sus dueños.
- ¿Qué te pasa, Chispa? - le preguntó Lila un día.
- Me encantaría tener un hogar como el de otros perros - respondió Chispa con un susurro.
Lila pensó que sería maravilloso ayudar a Chispa a encontrar un hogar, así que decidió alentarlo de un modo especial. Empezó a hacer carteles que decían: “Busco un hogar lleno de amor para un perrito feliz”. Lo pegó por todo el pueblo, sugiriendo a todos y cada uno que conocía. La noticia se propagó rápidamente.
Pasaron los días y llegó la víspera de Navidad. Chispa tenía la esperanza de que quizás esa noche fuera especial. La plaza estaba adornada con luces brillantes y un gran árbol de Navidad en el centro, donde todos se reunieron para celebrar. Mientras Chispa jugaba alrededor del árbol, escuchó que alguien llamaba su nombre.
- ¡Chispa! - era Lila, con un brillo especial en sus ojos. - ¡Vení! ¡Tengo una sorpresa para vos!
Chispa corrió hacia ella, y en su mano había un lazo brillante.
- ¡Feliz Navidad! - exclamó Lila. - ¡Este es tu nuevo collar! Es un símbolo de que siempre vas a tener un hogar conmigo.
Chispa no podía creerlo. Lila lo había elegido como su mejor amigo para siempre. Justo cuando pensaba que el día no podía ser mejor, alguien más se acercó. Era la señora Marta, la dulce anciana del pueblo, quien se había enterado de la búsqueda de Lila.
- ¡Hola, Lila! ¿Es verdad que Chispa ya tiene un hogar? - preguntó la señora Marta con una sonrisa.
- Sí, ¡Chispa es mío! - replicó Lila emocionada.
- Qué hermoso, porque tengo una sorpresa para ambos - dijo la señora Marta mientras sacaba una caja sorpresa de su abrigo. - ¡Este regalo es para que Chispa sienta que pertenece a un hogar!
Al abrir la caja, Chispa encontró un elegante abrigo rojo con copos de nieve. Lila lo vistió y Chispa se sintió como el perrito más feliz del mundo.
La noche transcurrió entre juegos, risas, y deliciosas galletas de jengibre que la señora Marta había preparado. Chispa jugaba con otros niños mientras Lila bailaba a su lado, sintiéndose la más afortunada de todas.
Con el parpadeo de las luces navideñas y el calor de la amistad de Lila, Chispa se dio cuenta de que no solo había encontrado un hogar, sino una familia. Así, la Navidad se convirtió en un momento inolvidable para el pequeño perrito.
El año siguiente, Chispa vivió la Navidad con Lila de una manera aún más especial. Se convirtió en el perro de los correos, entregando cartas de amistad y alegría a quienes lo necesitaban. Y así, Chispa descubrió que, aunque él había buscado un hogar, también podía dar amor y felicidad, convirtiéndose en el perrito feliz navideño para todos en Villa Alegría.
Desde entonces, cada Navidad, Chispa y Lila hacían una gran fiesta invitaron a todos los niños del pueblo para intercambiar cartas y compartir sus sueños, convirtiendo así cada diciembre en una celebración de amor, amistad y esperanza.
Y colorín colorado, Chispa encontró un hogar, un gran amigo y un motivo para ser siempre feliz.
FIN.