Perritos unidos



, dos hermanos que vivían en una pequeña casa con un jardín muy grande. Los perritos eran muy juguetones y siempre estaban corriendo y saltando por el jardín.

Un día, Joaquín y Lautaro decidieron irse de vacaciones a la playa durante una semana. Pero no sabían qué hacer con Congo y Sara mientras estuvieran fuera. Así que hablaron con su vecina, la señora Marta, quien les ofreció cuidar de los perritos mientras ellos estaban de viaje.

"No te preocupes chicos, yo estaré encantada de cuidar a Congo y Sara por ustedes", dijo la señora Marta. Joaquín y Lautaro se sintieron aliviados al saber que sus mascotas estarían en buenas manos.

Pero lo que ellos no sabían era que Congo y Sara tenían otros planes. La noche antes del viaje, los perritos escaparon del jardín de Joaquín y Lautaro sin que nadie se diera cuenta.

Corrieron por las calles hasta llegar a un parque cercano donde conocieron a otros perros callejeros. "Hola amigos, ¿qué hacen aquí?", preguntó Congo curioso. "Estamos buscando comida para sobrevivir", respondió uno de los perros callejeros. Congo y Sara se sintieron muy tristes al escuchar esto.

Ellos nunca habían pasado hambre ni necesidades porque siempre habían sido bien cuidados por sus dueños Joaquín y Lautaro. "No se preocupen amigos, nosotros podemos ayudarlos", dijo Sara animada. Los perritos decidieron entonces hacer algo bueno por los demás perros callejeros del parque.

Se pusieron a buscar comida y agua para llevarles, y también comenzaron a jugar con ellos para hacerles compañía. "¡Gracias amigos por ayudarnos!", dijo uno de los perros callejeros emocionado.

Los días pasaron y Joaquín y Lautaro regresaron de sus vacaciones. Pero cuando llegaron a casa, se dieron cuenta de que Congo y Sara no estaban en el jardín. "¡Oh no! ¿Dónde estarán nuestros perritos?", exclamó Joaquín preocupado.

Joaquín y Lautaro comenzaron a buscar por todas partes hasta que finalmente encontraron a Congo y Sara en el parque, rodeados de muchos otros perros callejeros. "¿Qué están haciendo aquí?", preguntó Lautaro sorprendido. Congo y Sara les explicaron todo lo que habían hecho mientras ellos estuvieron fuera.

Les contaron cómo habían ayudado a los demás perros del parque con comida, agua y compañía. "Estamos muy orgullosos de ustedes chicos", dijo Joaquín emocionado mientras acariciaba las cabezas de sus mascotas. "Han demostrado ser unos verdaderos amigos".

Desde ese día en adelante, Congo y Sara continuaron visitando el parque regularmente para jugar con sus nuevos amigos callejeros.

Y aunque seguían siendo los perritos fieles de Joaquín y Lautaro, ahora también eran conocidos como los guardianes del parque porque siempre estaban allí para cuidar de todos los animales necesitados.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!