Perros de Playa


Había una vez en una playa de Argentina, un perro llamado Chilampas que adoraba pasar sus días jugando con las olas y correteando por la arena.

Un día, el sol brillaba más fuerte que nunca y el calor era insoportable. Chilampas estaba agotado y se echó bajo la sombra de una palmera para descansar. De repente, escuchó unos ladridos a lo lejos.

Era su amigo Calor, un pequeño perro salchicha que había llegado a la playa buscando diversión. Pero cuando vio cómo Chilampas estaba tan cansado por el calor, decidió hacer algo al respecto. "¡Chilampas! ¡No te preocupes! Yo tengo una idea genial para refrescarte", dijo Calor emocionado. "¿En serio? ¡Cuéntame!" respondió Chilampas intrigado.

Calor tomó un balde lleno de agua fría y comenzó a mojar a su amigo con ella. Al principio, Chilampas se sorprendió pero luego empezó a disfrutar del frescor del agua sobre su piel.

"¡Esto es increíble! Gracias Calor", dijo Chilampas sonriendo. Los dos amigos pasaron toda la tarde juntos jugando en el agua mientras se refrescaban del intenso calor. Pero cuando llegó la hora de irse, notaron que habían perdido sus collares en medio del mar. "Oh no...

¿Qué vamos a hacer ahora?", preguntó Chilampas preocupado. Calor pensó rápidamente y recordó haber visto unas algas flotando cerca de ellos durante uno de sus juegos acuáticos.

Así que, los dos amigos se sumergieron en el agua y buscaron entre las algas hasta encontrar sus collares. "¡Lo logramos! ¡Están aquí!", exclamó Calor emocionado. Chilampas estaba muy agradecido con su amigo por haberlo refrescado y ayudado a encontrar su collar.

Y juntos aprendieron una valiosa lección: la importancia de cuidarse y ayudarse mutuamente en momentos difíciles. Desde ese día, Chilampas y Calor se convirtieron en inseparables amigos de la playa, siempre dispuestos a divertirse y apoyarse el uno al otro.

Y cada vez que hacía mucho calor, recordaban aquel día en el que encontraron una forma creativa de refrescarse juntos.

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