Petalos de Belleza



Había una vez en un hermoso jardín, una flor llamada Margarita. Era conocida como la flor más bella de todo el lugar, con sus pétalos blancos y amarillos que resplandecían bajo el sol.

Todos los días, los demás habitantes del jardín se maravillaban con su belleza y fragancia. Un día, Margarita escuchó a los otros animales hablar sobre un concurso de belleza que se iba a celebrar en el jardín.

Estaba emocionada por participar y mostrar su esplendor a todos. Sin embargo, también comenzó a sentirse insegura porque sabía que había muchas otras flores hermosas en el jardín.

Cuando llegó el día del concurso, todas las flores se reunieron alrededor de un pequeño estanque donde serían evaluadas por un jurado compuesto por abejas y mariposas. Margarita observaba nerviosa cómo cada una de las flores era examinada detenidamente. Finalmente, llegó su turno y Margarita temblaba de emoción mientras esperaba ser evaluada.

Pero para su sorpresa, justo cuando estaba frente al jurado, una ráfaga de viento fuerte sopló y arrancó uno de sus pétalos amarillos. Todos quedaron sorprendidos e incluso algunos empezaron a reírse de ella. Margarita se sintió avergonzada y triste.

Pensó que ya no podría ganar el concurso sin ese pétalo tan importante. Sin embargo, antes de retirarse del lugar llorando, escuchó la voz sabia del viejo rosal: "No te preocupes, Margarita.

Tu belleza no se encuentra en tus pétalos, sino en tu corazón y espíritu". Margarita levantó la cabeza y miró al rosal con curiosidad. "¿Qué quieres decir?", preguntó ella.

El rosal explicó: "Todas las flores aquí son hermosas a su manera, pero lo que realmente importa es cómo nos tratamos unos a otros y cómo hacemos felices a los demás. Eso es lo que te hace verdaderamente especial".

Margarita pensó en sus palabras y decidió seguir adelante con el concurso, a pesar de haber perdido un pétalo. En lugar de sentirse triste por su apariencia diferente, decidió mostrar su verdadera belleza desde adentro. Cuando llegó el momento de anunciar al ganador del concurso, todos esperaban ansiosos.

El jurado alzó una mariposa dorada como señal de victoria y anunciaron: "La flor más bella del jardín es... ¡Margarita!". Todos aplaudieron emocionados mientras Margarita caminaba hacia el escenario para recibir su premio.

Aunque solo tenía nueve pétalos en lugar de diez, todos reconocieron su valentía y amabilidad. A partir de ese día, Margarita se convirtió en un símbolo de inspiración para todas las flores del jardín.

Les enseñaba que la verdadera belleza no está en la perfección física, sino en la forma en que tratamos a los demás y cómo irradiamos amor y bondad desde nuestro interior.

Y así fue como Margarita demostró que incluso la flor más bella del jardín puede ser aún más hermosa cuando se muestra amable y generosa con los demás.

FIN.

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