Petronila y el misterio del campo encantado


Había una vez en un campo muy lejano, una bruja llamada Petronila. Petronila no era una bruja mala, como suelen ser retratadas en las historias.

Al contrario, ella era amable y generosa, y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Un día, Petronila notó que algo extraño estaba sucediendo en el campo: las líneas que marcaban los límites de cada parcela estaban desapareciendo misteriosamente.

Los agricultores estaban preocupados porque sin esas líneas no sabían dónde sembrar sus cultivos. Petronila decidió investigar y descubrió que unas traviesas escobas habían cobrado vida y estaban borrando las líneas mientras los agricultores dormían.

La bruja entendió que las escobas solo querían jugar, pero también sabía que debía encontrar una solución para evitar problemas mayores. Se acercó a las escobas y les dijo con voz firme: "-Escobas traviesas, entiendo que quieran divertirse, pero están causando problemas en el campo.

Necesitamos encontrar una forma de jugar juntos sin dañar el trabajo de los agricultores. "Las escobas se disculparon y prometieron portarse bien a partir de ese momento. Petronila propuso organizar un juego donde todos pudieran participar: carreras por el campo.

Las escobas aceptaron emocionadas la idea y comenzaron a competir entre sí. Mientras tanto, los niños y niñas del pueblo observaban la escena con curiosidad. Petronila los invitó a unirse al juego y formar equipos junto con las escobas.

Todos se divirtieron mucho corriendo por el campo y riendo juntos. Al final del día, las líneas volvieron a trazarse correctamente en el campo gracias al trabajo en equipo de todos los participantes.

Los agricultores quedaron sorprendidos al ver cómo incluso las traviesas escobas colaboraban ahora para mantener todo en orden. Petronila se despidió de los niños/as con una sonrisa y les recordó la importancia de resolver los problemas mediante la comunicación y la colaboración.

Les enseñó que trabajar juntos siempre trae mejores resultados que hacerlo individualmente. Desde ese día, Petronila se convirtió en la amiga inseparable de todos en el pueblo.

Y cada vez que alguna situación complicada surgía, tanto grandes como chicos sabían que podían contar con ella para encontrar la mejor solución posible.

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