Pierrot enamorado
Había una vez un pierrot llamado Pedro que era muy talentoso. Él cantaba y bailaba en la plaza de Río de Janeiro, donde todos los días muchos niños se reunían para ver su espectáculo.
A pesar de su fama, Pedro estaba triste porque estaba enamorado de una colombina llamada Martina, pero ella no correspondía sus sentimientos ya que estaba enamorada del arlequin llamado Juan.
Un día, mientras Pedro cantaba una canción triste sobre el amor no correspondido, vio a Martina y Juan juntos. Él se sintió muy mal y comenzó a llorar desconsoladamente. Los niños que lo miraban se preocuparon por él y le preguntaron qué le pasaba.
"Estoy enamorado de Martina pero ella ama a Juan"- dijo Pedro entre sollozos. Los niños le dieron ánimos y le dijeron que no debía rendirse tan fácilmente. Le sugirieron que escribiera canciones para expresar sus sentimientos y así poder superar su dolor.
Pedro tomó el consejo de los niños y empezó a escribir muchas canciones hermosas sobre el amor verdadero. Con cada canción escrita, él se sentía más fuerte y con más ganas de seguir adelante.
Un día mientras cantaba en la plaza, una chica hermosa llamada Ana se acercó al escenario para escucharlo cantar. Ella quedó impresionada por la belleza de su voz y decidió hablar con él después del espectáculo. "Me encanta como cantas", dijo Ana sonriendo. —"Gracias" , respondió Pedro tímidamente.
Después de esa noche, Ana empezó a visitarlo regularmente para escucharlo cantar y charlar con él. Pedro se sintió muy feliz por tener a alguien que lo escuchara y lo apoyara.
Poco a poco, Ana se convirtió en el amor de su vida. Con ella, Pedro aprendió que el amor verdadero no siempre llega de la manera que uno espera, pero cuando llega es algo maravilloso.
Con el tiempo, Martina se dio cuenta del error que había cometido al elegir al arlequin Juan sobre Pedro. Ella le pidió perdón a Pedro y él decidió perdonarla ya que había encontrado un nuevo amor en Ana.
Pedro siguió cantando en la plaza de Río de Janeiro, pero ahora sus canciones eran sobre el poder del amor verdadero y cómo puede cambiar nuestras vidas para mejor. Los niños seguían admirándolo y aplaudiéndolo cada vez que cantaba.
Y así fue como Pedro encontró su felicidad gracias al poder de la música y el amor verdadero.
FIN.