Pilar y la melodía oculta
Pilar era una niña curiosa y entusiasta que siempre llevaba consigo sus anteojos para observar con detalle todo lo que le llamaba la atención.
Le encantaba la música, especialmente el sonido del violín, y pasaba horas dibujando formas y colores inspirados en las melodías que escuchaba. Un día, mientras paseaba por el parque, escuchó una melodía misteriosa que la atrajo como un imán. Siguiendo el sonido, descubrió un viejo violín abandonado bajo un árbol.
Con gran emoción, tomó el violín en sus manos y comenzó a tocarlo. Para su sorpresa, el instrumento empezó a brillar con una luz cálida, y de sus cuerdas surgieron pinturas mágicas que danzaban al compás de la música.
Pilar se sentía como en un cuento de hadas y siguió tocando, dejando que sus dedos guiados por el corazón crearan un universo de sonidos y colores. Pronto, la noticia del prodigioso violín y su misteriosa portadora se extendió por toda la ciudad.
El maestro de música, don Alfredo, un hombre sabio y bondadoso, escuchó la historia y decidió buscar a Pilar para guiarla en su extraordinario don.
Al conocer a don Alfredo, Pilar empezó a comprender que la música es mucho más que sonidos; es una forma de expresar emociones, contar historias y conectarse con el mundo.
Con su ayuda, Pilar descubrió que su amor por el dibujo y la música podía fusionarse, creando una nueva forma de arte, donde los colores bailaban al compás de las notas, y las notas cobraban vida en sus dibujos. Pilar se convirtió en una pequeña artista prodigiosa, llevando alegría y asombro a todos los que tenían el privilegio de escuchar y ver su música.
A partir de entonces, Pilar entendió que la verdadera magia está en seguir sus pasiones y compartir su don con los demás, haciendo del mundo un lugar más hermoso y lleno de sorpresas.
FIN.