Pimi y el arco iris mágico


En el bosque, vivía un pequeño oso llamado Pimi. Pimi era muy travieso y le encantaba jugar con su pelota de colores todos los días. Un día, amaneció nublado y comenzó a llover.

Pimi se puso triste al ver que la lluvia no le permitiría salir a jugar afuera. Pimi fue corriendo hacia su mamá, quien lo encontró con carita decaída.

- Mamá, ¡no puedo salir a jugar hoy! ¡Está lloviendo y no podré usar mi pelota! - se lamentó Pimi. La mamá oso abrazó a Pimi y le dijo: - No te preocupes, querido. Después de la lluvia siempre sale el arco iris.

La naturaleza nos regala momentos especiales incluso en los días grises. Poco después, las nubes se fueron disipando y el sol comenzó a brillar nuevamente en el cielo. Un hermoso arco iris apareció entre las nubes.

- ¡Mira, Pimi! ¡El arco iris ha salido para alegrarnos el día! - exclamó la mamá oso emocionada. Los ojitos de Pimi se iluminaron al ver aquel espectáculo de colores en el cielo. Su tristeza desapareció por completo. - ¡Qué bonito es el arco iris, mamá! - dijo Pimi sonriente.

La mamá oso acarició la cabeza de su hijo y le dijo:- Ahora sí puedes salir a jugar con tus amigos. Disfruta del sol y diviértete con tu pelota. Pimi salió corriendo hacia afuera llevando consigo su pelota favorita.

Pronto se reunió con sus amigos del bosque: Lila la liebre, Tito el zorro y Lola la ardilla. - ¡Hola amigos! ¿Quieren jugar conmigo? - les preguntó entusiasmado.

Los amigos aceptaron encantados y juntos empezaron a saltar, reír y divertirse bajo la luz del sol que brillaba intensamente en el cielo azul. Los dibujos muestran a Pimi saltando felizmente junto a sus amigos mientras juegan con la pelota bajo el resplandeciente arco iris que adorna el cielo del bosque.

Y así, gracias al amor de su mamá y a la magia del arco iris, Pimi aprendió que siempre hay algo hermoso esperando después de cada tormenta; solo hay que tener paciencia y confiar en que mejores momentos llegarán. Fin

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