Pingü, el valor de ser diferente


Había una vez en el bosque de bambúes un pequeño oso panda llamado Pingü. Era muy especial porque tenía unas texturas raras en su pelaje que lo hacían diferente a los demás pandas del bosque.

Un día, mientras jugaba con sus amigos, Pingü escuchó a unos animales burlándose de él por su aspecto. Se sintió triste y pensó que nadie lo aceptaría por ser diferente. "¿Por qué te ven así?" preguntó su amigo Mono.

"Creo que no les gusta mi pelaje", respondió tristemente Pingü. "No te preocupes amigo, eres único y eso es genial", le dijo Mono tratando de animarlo. Pero a pesar de las palabras amables de su amigo Mono, Pingü seguía sintiéndose mal consigo mismo.

Decidió irse al otro lado del bosque donde nadie lo conociera para evitar más burlas. En el camino se encontró con un sapo sabio que notó la tristeza en sus ojos.

"¿Qué te pasa pequeño panda?", preguntó el sapo. "Soy diferente y nadie me quiere aquí", respondió Pingü con lágrimas en los ojos. "La diferencia es algo hermoso, no hay nada malo contigo", le dijo sabiamente el sapo.

"Cada uno tiene algo especial que ofrecer al mundo". Pingü reflexionó sobre las palabras del sapo durante todo el camino hasta llegar al otro lado del bosque.

Allí se encontró con una familia de mapaches muy amigables que lo recibieron con los brazos abiertos y sin importarle su aspecto diferente. Con ellos descubrió nuevos juegos y aventuras, y se dio cuenta de que la amistad no tenía nada que ver con la apariencia física. "¡Eres tan divertido Pingü!", exclamó el pequeño mapache.

"Gracias" , respondió sonriendo Pingü. "Me alegra haber encontrado amigos verdaderos que me aceptan como soy". A partir de ese día, Pingü aprendió a valorarse por su singularidad y se convirtió en un oso panda muy feliz y confiado.

Además, sus amigos lo admiraban por ser diferente y tener unas texturas raras en su pelaje. La moraleja de esta historia es que todos somos únicos e irrepetibles, cada uno con algo especial que ofrecer al mundo.

La diversidad nos hace más interesantes y valiosos como seres humanos.

Dirección del Cuentito copiada!