Pingüino enamorado



Mateo era un pequeño pingüino que vivía en una colonia en la Antártida. Era muy feliz junto a su familia y amigos, pero había algo que lo hacía sentir diferente: nunca se había enamorado.

Un día, mientras paseaba por la orilla del mar, vio a una hermosa pingüina llamada Luna. Su corazón latió fuerte y supo que estaba enamorado de ella. "Hola, ¿cómo te llamas?"- preguntó Mateo tímidamente. "Soy Luna"- respondió ella con una sonrisa amable.

Los dos pingüinos comenzaron a hablar y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Mateo se sentía muy feliz cuando estaba con Luna y quería pasar todo el tiempo posible junto a ella.

Pero pronto descubrió algo preocupante: uno de sus amigos le contó que Luna tenía un novio pingüino llamado Maxi. Mateo no sabía qué hacer, no quería lastimar a nadie pero tampoco podía evitar sus sentimientos por Luna.

"¿Qué hago? Estoy confundido"- le dijo a su amigo Lucas. "Lo mejor es hablar con Luna y decirle cómo te sientes"- le recomendó Lucas. Mateo decidió seguir el consejo de su amigo e invitó a Luna a dar un paseo por la playa.

Allí le explicó lo mucho que la apreciaba y cómo se sentía cuando estaba cerca de ella. Luna quedó sorprendida pero también halagada por las palabras de Mateo.

Le explicó que sí tenía un novio pero que él estaba muy lejos porque era parte de otra colonia en la Antártida. Además, aunque lo quería mucho, no sabía si era el pingüino adecuado para ella.

"Lo importante es que disfrutemos de nuestra amistad y veamos qué pasa en el futuro"- le dijo Luna con una sonrisa. Los dos pingüinos continuaron pasando tiempo juntos y se divirtieron mucho. Maxi regresó a la colonia de Luna pero ella decidió terminar su relación porque había descubierto que lo que sentía por él no era amor verdadero.

Mateo y Luna se convirtieron en los mejores amigos y aprendieron juntos sobre la importancia de ser honestos con uno mismo y con los demás, sobre tener paciencia y esperanza ante las situaciones difíciles, y sobre valorar las relaciones basadas en la confianza, el respeto y la alegría.

Y aunque nunca supieron qué pasaría entre ellos en un futuro lejano, siempre recordarían aquellos momentos felices que compartieron como amigos inseparables.

FIN.

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