Pipo y los polluelos perdidos


Había una vez un pequeño pajarito llamado Pipo. Él había nacido en un nido en lo alto de un árbol, junto a sus hermanos y su mamá.

Pero una noche, mientras todos dormían, una fuerte tormenta azotó el bosque y el viento arrastró a Pipo lejos de su hogar. Cuando despertó al día siguiente, se encontraba solo y asustado en medio del bosque desconocido. No sabía cómo volver con su familia ni hacia dónde ir para encontrarlos.

Pipo comenzó a volar por el bosque buscando pistas que pudieran llevarlo hasta su hogar. Pasaron días enteros sin éxito alguno, pero no perdía la esperanza ni las ganas de seguir intentándolo.

Un día, mientras volaba cerca del río, escuchó unos chillidos que venían desde la otra orilla. Se acercó rápidamente y descubrió que eran dos polluelos llorando porque se habían perdido de sus padres. "Hola chicos", les dijo Pipo con voz amable.

"Yo también estoy buscando mi familia ¿Qué les parece si nos ayudamos mutuamente?"Los polluelos aceptaron encantados la propuesta de Pipo y juntos comenzaron a buscar alguna pista que los llevara hasta sus respectivas familias.

Después de varios días caminando juntos por el bosque, los tres amigos llegaron a un claro donde estaba posada una bandada enorme de pájaros cantando felices. Los polluelos reconocieron inmediatamente las voces de sus padres entre ellos y corrieron emocionados hacia ellos.

Pipo sintió alegría por los polluelos, pero también tristeza por no haber encontrado aún a su familia. Pero justo en ese momento, un pájaro grande y amistoso se acercó a él. "Hola pequeño", dijo el pájaro. "¿Estás perdido?""Sí", respondió Pipo con tristeza.

"Llevo días buscando mi hogar y todavía no he encontrado nada". "No te preocupes", le dijo el pájaro mayor con una sonrisa. "Yo te ayudaré a encontrar tu familia".

El pájaro mayor llevó a Pipo en su lomo y volaron juntos hacia el norte del bosque. Después de un rato, llegaron a un árbol enorme donde había varios nidos. "Mira allí", dijo el pájaro mayor señalando uno de los nidos más altos. "Ese es tu hogar".

Pipo estaba emocionado al ver que finalmente había encontrado su familia. Agradeció al pájaro mayor por su ayuda y se despidió de él con un abrazo.

Desde ese día, Pipo aprendió que aunque nos sintamos perdidos o solos en la vida, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos si lo pedimos. Y así vivió feliz junto a su familia en lo alto del árbol más grande del bosque.

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