Piquito y el vuelo de la perseverancia
Había una vez en el bosque un pajarito llamado Piquito que estaba muy triste porque no podía volar.
Todas las mañanas veía a sus amigos volar por los cielos, jugar entre las nubes y él se quedaba solo en su rama, sin poder acompañarlos. Un día, mientras Piquito miraba con anhelo a sus amigos pájaros, vio acercarse al veterinario Don Plumas. Era un hombre amable que siempre ayudaba a los animalitos del bosque.
Piquito decidió acercarse a él y le contó su problema. - ¡Hola Don Plumas! Soy Piquito y no puedo volar como mis amigos. ¿Podrías ayudarme? El veterinario lo examinó detenidamente y descubrió que una de sus alas estaba lastimada. - Tranquilo, pequeño Piquito.
Con un poco de paciencia y cuidado, podrás volver a volar -dijo el veterinario con una sonrisa reconfortante. Le colocó un vendaje especial en el ala dañada y le dijo que debía esperar cinco días para recuperarse por completo.
Piquito se sintió esperanzado por primera vez en mucho tiempo. Aunque la espera se le hacía larga, pensaba en todas las aventuras que tendría cuando finalmente pudiera surcar los cielos.
Los cinco días pasaron lentamente para Piquito, pero finalmente llegó el momento tan esperado. El veterinario retiró con cuidado el vendaje y observó maravillado cómo el ala de Piquito estaba completamente curada. - ¡Puedo volar! ¡Puedo volar! -exclamaba emocionado Piquito mientras batía sus alas con fuerza.
Desde ese día, Piquito se convirtió en el pájaro más feliz del bosque. Volaba alto, jugaba con sus amigos y exploraba nuevos lugares llenos de magia y aventura. Aprendió que con esfuerzo y perseverancia, todo es posible.
Y así, entre cantos alegres y vuelos juguetones, la historia de Piquito demostraba a todos los habitantes del bosque que nunca hay que perder la esperanza ni dejar de creer en uno mismo.
Porque incluso cuando todo parece oscuro, siempre habrá alguien dispuesto a tender una mano amiga para ayudarnos a levantar vuelo hacia nuestros sueños más altos.
FIN.