Pistón aprende a cuidar su hogar


Había una vez un perrito muy curioso llamado Pistón, que siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, mientras exploraba el vecindario, escuchó hablar de una perra llamada Taty que vivía en el campo y decidió ir a conocerla.

Pistón no sabía cómo llegar al campo, pero después de preguntarle a varios animales del barrio, finalmente encontró el camino. Cuando llegó al campo, vio a Taty corriendo feliz por la pradera y se acercó para saludarla.

"¡Hola! Soy Pistón ¿Cómo estás?", dijo Pistón con entusiasmo. "¡Hola! Estoy bien gracias ¿Y tú?" respondió Taty con una sonrisa. Los dos perros comenzaron a jugar juntos y rápidamente se hicieron amigos.

Pero lo que Pistón no sabía era que detrás de Taty había una dueña muy especial llamada Lourdes. Lourdes era una mujer mayor que había dedicado su vida al cuidado de los animales del campo.

Tenía un corazón enorme y siempre estaba dispuesta a ayudar cuando alguien necesitaba algo. Cuando se enteró de la visita de Pistón, decidió prepararles una sorpresa. Esa tarde Lourdes invitó a todos los animales del campo a un picnic en honor a Pistón y Taty.

Había comida para todos: zanahorias frescas, manzanas jugosas y agua fresca del arroyo cercano. "¡Qué lindo es tener amigos!" exclamaba Lourdes emocionada mientras veía como los animales disfrutaban juntos. "Sí" respondió Pistón "Es genial poder compartir momentos así".

Después de la merienda, Lourdes les mostró a los perros cómo cuidar del campo y de los animales. Les enseñó a no tirar basura en el suelo, a no perseguir las gallinas y a respetar el espacio de los demás animales.

"Es importante cuidar nuestro hogar" dijo Lourdes "Porque es donde vivimos todos juntos". Pistón y Taty aprendieron mucho ese día gracias a Lourdes. Aprendieron que tener amigos es lo más importante y que debemos cuidar nuestro hogar para poder seguir disfrutando de él.

Al final del día, Pistón se despidió de Taty y Lourdes con una gran sonrisa en su rostro. Había tenido un día maravilloso lleno de aventuras y aprendizajes.

Y sabía que había encontrado nuevos amigos con quienes compartir nuevas experiencias. Desde entonces, Pistón visitaba regularmente al campo para jugar con Taty y aprender más sobre el mundo natural junto a su nueva amiga y su querida dueña Lourdes.

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