Pocket y el salto valiente



A Pocket era una niña muy activa y aventurera. Desde muy pequeña le gustaba explorar el campo en compañía de sus padres y su fiel compañero, un caballo llamado Rayo.

Un día, mientras paseaban por el campo, A Pocket vio un cartel que anunciaba un concurso de salto a caballo. Su corazón latió con fuerza al leerlo, sabía que tenía que participar. - ¡Mamá! ¡Papá! -gritó emocionada-.

¡Hay un concurso de salto a caballo y quiero participar! - ¿Estás segura? -preguntó su mamá preocupada-. Es peligroso saltar obstáculos altos montando a caballo. - Lo sé mamá, pero es mi sueño. Quiero demostrar lo bien que puedo hacerlo.

Después de convencer a sus padres de que la dejaran participar en el concurso, A Pocket comenzó a entrenarse para saltar los obstáculos más difíciles.

Se levantaba temprano todas las mañanas para practicar antes de ir a la escuela y pasaba horas después del colegio perfeccionando su técnica. Finalmente llegó el gran día del concurso. A Pocket estaba nerviosa pero emocionada al mismo tiempo. Montó a Rayo y se dirigió hacia la pista donde se llevaría a cabo la competición.

Había muchos niños compitiendo, algunos eran mayores y tenían más experiencia que ella. Pero A Pocket no dejó que eso la desanimara. Sabía que había trabajado duro para llegar hasta ahí y estaba dispuesta a dar lo mejor de sí misma.

El primer obstáculo era alto y difícil, pero A Pocket se concentró en su objetivo y saltó con éxito. El público aplaudió emocionado mientras ella continuaba saltando los obstáculos uno por uno. Pero cuando llegó al penúltimo obstáculo, algo inesperado sucedió.

Rayo tropezó y A Pocket cayó al suelo. Se lastimó la rodilla y pensó que no podría continuar. - ¡Oh no! -exclamó preocupada-.

¿Qué voy a hacer ahora? Fue entonces cuando sus padres se acercaron a ella para animarla. - No te rindas, hija -dijo su papá-. Eres una luchadora y sé que puedes superar cualquier obstáculo. A Pocket se levantó con determinación y subió de nuevo a Rayo.

Se prepararon para saltar el último obstáculo, el más alto de todos. El público estaba en silencio mientras observaban cómo A Pocket y Rayo se acercaban lentamente al salto final.

Cuando llegaron al borde del obstáculo, Rayo dio un gran salto hacia adelante, llevando a A Pocket consigo. El público estalló en aplausos mientras A Pocket cruzaba la línea de meta triunfante. Había ganado el concurso gracias a su perseverancia y coraje.

Desde ese día, A Pocket aprendió que aunque las cosas pueden ponerse difíciles a veces, nunca debemos rendirnos ante los desafíos. Siempre hay una manera de superarlos si tenemos fe en nosotros mismos y luchamos por lo que queremos alcanzar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!