Polo y la búsqueda del hogar perfecto


Hola, perro. ¿Cómo te llamas, Polo? Hoy vamos a una mansión de 12 horas. Cuando ya pasó el día, volvieron a su casa y estaba toda desordenada y había huellas en el piso.

Polo se encontraba muy sorprendido por lo que veía en su casa. No podía entender cómo había llegado allí todo ese desorden y quién había dejado esas misteriosas huellas en el piso.

Decidido a descubrir la verdad, Polo comenzó a seguir las huellas con mucho cuidado. Las huellas llevaban a la habitación de Polo. Él entró sigilosamente y encontró un pequeño ratón jugando con sus juguetes. El ratón se llamaba Rulo y tenía un aspecto amigable y divertido.

- ¡Hola, hombrecito! - exclamó Rulo-. Perdona por el desorden, pero me pareció que tus juguetes eran muy divertidos. - ¡No hay problema! - respondió Polo -.

Pero ¿por qué estás aquí? Y más importante aún, ¿cómo has llegado hasta mi casa? Rulo explicó que era un ratón aventurero y que siempre le gustaba explorar lugares nuevos.

Un día decidió entrar en la mansión donde habían estado antes de regresar a casa, pero accidentalmente terminó dentro del bolso de Polo sin que él se diera cuenta. Aunque al principio Polo se sintió molesto por el desorden causado por Rulo, pronto entendió que todos cometemos errores y que lo más importante es aprender de ellos.

Así que decidió ayudar a Rulo a encontrar un nuevo hogar donde pudiera vivir felizmente sin causar problemas en su casa. Los dos amigos se embarcaron en una aventura para encontrar el lugar perfecto para Rulo.

Recorrieron jardines, parques y bosques, pero ninguno parecía ser el hogar ideal para un ratón tan curioso como él. Finalmente, llegaron a un pequeño rincón del parque donde había una hermosa casita de madera rodeada de flores y árboles. Era el hogar perfecto para Rulo.

- ¡Aquí es! - exclamó Polo emocionado-. Este será tu nuevo hogar, Rulo. Aquí podrás explorar todo lo que quieras sin causar problemas en mi casa. Rulo estaba encantado con su nueva casita y agradecido por la amabilidad de Polo.

Ambos se despidieron con tristeza pero sabiendo que habían hecho lo correcto. A partir de ese día, Polo aprendió la importancia de la amistad y la comprensión.

También entendió que los errores pueden llevarnos a descubrir cosas maravillosas si estamos dispuestos a aprender y perdonar. Y así, Polo siguió siendo un perro aventurero junto a sus nuevos amigos mientras vivía felizmente en su ordenada casa. Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

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