Pon, Pon y el Bosque Aterrador



Había una vez un conejo llamado Pon, Pon, que vivía en un hermoso prado lleno de zanahorias doradas. Un día soleado, decidió que quería hornear un pan de zanahoria para compartir con sus amigos. "¡Necesito muchas zanahorias!" - exclamó con entusiasmo. Así que se puso en marcha, saltando de aquí para allá, recolectando lo mejor que podía.

Mientras recolectaba, Pon, Pon se distrajo siguiendo el vuelo de una mariposa colorida que danzaba entre las flores. "¡Qué belleza!" - pensó. Sin darse cuenta, se adentró en un camino que nunca había tomado antes y, de pronto, se encontró en un bosque aterrador.

Los árboles eran altos, y sus ramas parecían brazos tratando de atraparlo. Las sombras se alargaban y el viento susurraba secretos desconocidos. Pon, Pon empezó a sentir miedo. "Ay, no sé cómo volver a casa..." - murmuró. Y fue en ese momento cuando escuchó un ruidito.

Entre los arbustos apareció un grupo de cazadores, buscando animales del bosque. Ellos no lo habían visto todavía, pero Pon, Pon sabía que tenía que esconderse. "¡Oh, no!" - gritó, y saltó detrás de un gran árbol. En su apuro, olvidó lo que había aprendido: que la valentía viene de enfrentar los miedos.

Justo entonces, cuando la situación parecía más sombría, aparecieron hadas. Eran pequeñas y brillaban como estrellas en la noche. "¡Hola, pequeño conejo!" - dijo una hada con una voz melodiosa. "Estamos aquí para ayudarte. No te preocupes, no están lejos de aquí."

"¡Pero están buscando conejos!" - lloró Pon, Pon.

"No temas, si confías en nosotros, te llevaremos a un lugar seguro" - dijo otra hada, mientras agitaba su varita mágica.

Las hadas, utilizando su magia, hicieron que ledos animales del bosque se acercaran. Un oso fuerte, una ardilla juguetona y un ciervo sabio formaron un círculo alrededor de Pon, Pon. "No estás solo, amigo" - dijo el oso. "La unión hace la fuerza. Juntos podemos protegerte."

El ciervo se acercó y le dijo: "Sabes, Pon, Pon, a veces los caminos difíciles llevan a los mejores lugares. Aprendemos a ser valientes y encontrar nuestra manada."

Con ayuda de los nuevos amigos, Pon, Pon ideó un plan. "Los cazadores están buscando un conejo, ¿verdad? Entonces debemos disfrazarnos un poco. ¡Tú, ardilla, puedes hacer mucho ruido y distraerlos!" - sugirió.

"¡Genial!" - exclamó la ardilla entusiasmada. "Haré que parezca que estoy en apuros. ¡No se van a dar cuenta!" –Y así lo hizo.

Mientras la ardilla saltaba y hacía ruido, los cazadores se desorientaron y se fueron tras la ardilla. Aprovechando la confusión, Pon, Pon y sus amigos comenzaron a moverse rápidamente hacia un lugar seguro.

"¡Vamos, rápido!" - animó Pon, Pon. Con todos trabajando juntos, se escondieron en un claro del bosque. Allí las hadas hicieron un hechizo de invisibilidad, protegiéndolos de los cazadores.

Pasó el tiempo y, cuando los cazadores se fueron, todos se sentaron a descansar. "Gracias a ustedes, he aprendido que la amistad y la valentía son lo más importante" - dijo Pon, Pon, aliviado y feliz.

Las hadas sonrieron, y el oso dijo: "Recuerda, Pon, Pon, no siempre hay que tener miedo. A veces, el viaje nos lleva a las mejores aventuras y lecciones de vida".

Así, Pon, Pon regresó a su hogar con más que solo zanahorias. Había aprendido sobre la amistad, el valor y sobre cómo la unión hace la fuerza. Desde ese día, cada vez que quería recolectar zanahorias, sabía que podía contar con sus nuevos amigos y que no había camino que fuera aterrador si estaba rodeado de quienes se preocupaban por él. Y así terminó la aventura de Pon, Pon, el valiente conejo, quien nunca volvió a tenerle miedo al bosque.

FIN.

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