Por el mundo en la copa


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un grupo de animalitos que soñaban con viajar por el mundo. Entre ellos estaban Mateo el pingüino, Martina la llama, Tito el tucán y Simón el armadillo. Un día, mientras jugaban en el bosque, encontraron una misteriosa copa dorada. Al tocarla, fueron transportados a un mundo mágico. Un hada les dijo que debían recorrer el mundo entero para deshacer un hechizo. Decididos, partieron en su aventura.

Su primer destino fue la selva amazónica en Brasil. Allí, conocieron a Raúl el mono, quien les mostró la diversidad de la selva y les enseñó a respetar la naturaleza. Luego, viajaron a la Gran Muralla China, donde conocieron a Lian, un simpático panda que les enseñó el valor de la perseverancia y el trabajo en equipo.

El siguiente destino fue África, donde se encontraron con Nala la leona, una valiente cazadora que les enseñó la importancia de ser valientes y solidarios. Después, viajaron a la fría Antártida, donde conocieron a Lucas el pingüino, quien les mostró la importancia de cuidar el medio ambiente.

Finalmente, regresaron a Argentina, donde descubrieron que la copa dorada era en realidad un símbolo de amistad y unión. Al colocarla en el lugar indicado, el hechizo se rompió y el hada les agradeció por su valentía y bondad. Los animalitos regresaron a su hogar, pero esta vez con un tesoro invaluable: la amistad y el conocimiento adquirido en su viaje por el mundo.

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