Prensa Corría y el Gran Certamen del Bosque



En un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores coloridas, vivía un pequeño y curioso conejo llamado Prensa. Prensa era conocido por su velocidad, así que siempre corría de un lugar a otro, explorando y descubriendo cosas nuevas.

Un día, mientras jugaba cerca del arroyo, escuchó a sus amigos hablando sobre el Gran Certamen del Bosque. El evento consistía en una carrera donde los animales de todo el bosque competían para ver quién era el más rápido. Prensa no podía resistir la emoción y decidió inscribirse.

"¡Voy a ganar esa carrera!" - dijo Prensa con una sonrisa.

"No te creas tan rápido, Prensa. Hay muchos animales veloces en el bosque, como la ardilla Salta y el lobo Lobo Rápido", le advirtió su amigo Tito, el tortugo.

"No importa, Tito. Entrenaré y seré el mejor", respondió Prensa lleno de determinación.

Así comenzó su entrenamiento. Todos los días corría por el bosque, deslizándose entre los árboles, saltando sobre troncos y dando vueltas alrededor de flores. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no era tan fácil como pensaba. En su primer entrenamiento, se sintió cansado y decidió descansar. Mientras reposaba, vio a Salta subiendo un árbol.

"¡Hola, Salta! ¿Te gustaría entrenar conmigo?" - le preguntó Prensa.

"¡Claro! Pero recuerda que necesito saltar más alto, así que acompáñame a hacer algunos ejercicios", contestó la ardilla.

Prensa se sintió un poco desanimado. Corría rápido, pero saltar no era su fuerte. Así que decidió unirse a Salta y comenzó a practicar. Aunque le costó, se dio cuenta de que estaba aprendiendo algo nuevo y se divertía mucho.

A medida que se acercaba la fecha del certamen, Prensa continuó practicando con varios amigos. Se sumó a Mo, el ciervo, que le enseñó estrategias para correr en grupo, y a Lila, la liebre, que le mostró cómo mantener su energía durante la carrera.

"Si trabajamos juntos, podremos ayudarnos mutuamente a ser mejores", dijo Lila.

"Sí, ¡eso haré!" - exclamó Prensa con alegría.

"Pero también deberías cuidarte, Prensa. No puedes correr si no descansas y comes bien", le recordó Tito, el tortugo.

Los días pasaron volando, y el gran día del certamen llegó. Los animales se agruparon en la línea de salida, listos para dar lo mejor de sí. Prensa se sintió un poco nervioso, pero recordó todo lo que había aprendido junto a sus amigos.

"¡Que empiece la carrera!" - anunció el búho, que era el juez del certamen.

Y así, dio la figura de partida. Prensa salió disparado, corriendo con todas sus fuerzas. Al principio, iba muy bien, pero al poco tiempo, vio que Salta se estaba quedando atrás.

"¡Salta!" - gritó Prensa mientras corría, "¿Te ayudo?"

"¡No! ¡Corre! ¡No te detengas!" - le respondió la ardilla, al tiempo que saltaba hacia adelante.

Prensa continuó adelante, pero, a medida que corría, recordaba las enseñanzas de cada uno de sus amigos. De repente, decidió que sería más valioso ayudar a sus amigos que solo pensar en ganar. Así que se detuvo y fue a ayudar a Salta.

"Ven, amigo, necesitas nuestro apoyo. ¡Vamos juntos!" - dijo Prensa animándole.

Poco a poco, Prensa y Salta recuperaron el ritmo y corrieron juntos, animándose mutuamente. Pero al girar en una curva, se encontraron con Lobo Rápido.

"¿Por qué no me dejan pasar? Estoy acortando el camino y ganaré ya mismo", dijo desafiante el lobo.

"No nos jaboneré, vamos juntos!" - contestó con firmeza Prensa.

"Sí, la amistad es más importante que ganar", agregó Salta con una sonrisa.

Lobo Rápido se detuvo, pensativo, y al ver la fuerza de su unión, finalmente decidió unirse a ellos. Así, el trío corrió hacia la meta, y en el último tramo, Mo juntó fuerzas con ellos y un grupo más de animales los siguió.

Al llegar a la meta, todos cruzaron juntos con risas y alegría. Aunque no fueron los primeros en llegar, la felicidad de haber corrido como equipo y ayudarse mutuamente fue su mayor victoria.

"Creí que ganar se trataba de ser el más rápido", dijo Lobo Rápido, sorprendido.

"¡No! Ganar es mucho más que eso", respondió Prensa y todos rieron

Desde ese día, Prensa aprendió que lo importante no era solo ser el más veloz, sino compartir su tiempo y esfuerzo con sus amigos, y eso es lo que realmente los convirtió en campeones del Gran Certamen del Bosque.

Y así, el bosque se llenó de risas y nuevos juegos, y la historia de la gran carrera se contarían por generaciones.

FIN.

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