Preta, la perra loca
Había una vez en un tranquilo pueblito, una perrita llamada Preta, que era completamente negra y, según decían los habitantes, un poco loca.
Preta corría de un lado a otro persiguiendo su propia sombra, ladraba a los pájaros y perseguía mariposas sin cansarse. Todos en el pueblo la veían como una perra extraña, pero la verdad era que Preta simplemente veía el mundo de una forma única. Un día, los niños del pueblo decidieron acercarse a Preta para conocerla mejor.
- ¿Por qué eres tan loca, Preta? - le preguntó curioso Lucas, un niño de ocho años. - No soy loca, solo veo el mundo de una forma diferente - respondió Preta con una mirada chispeante.
Los niños, intrigados, pasaron más tiempo con Preta, observando cómo disfrutaba de las cosas simples y se divertía con todo lo que la rodeaba. Pronto, empezaron a imitarla, a disfrutar de la naturaleza y a reírse más a menudo.
Poco a poco, Preta les enseñó que ver el mundo de forma diferente no era ser loco, sino ser especial. Y así, gracias a la perrita negra, el pueblo se llenó de alegría y amor por las pequeñas cosas.
FIN.