Primas en la Aventura
Verónica estaba muy emocionada porque por fin iba a cumplir su sueño de viajar sola. Había ahorrado dinero durante mucho tiempo y ahora se dirigía hacia un lugar desconocido pero lleno de aventuras.
Al llegar a su destino, Verónica se encontró con una sorpresa inesperada: ¡su prima Mirta estaba allí también! No se habían visto en años y la emoción invadió sus corazones al abrazarse con fuerza.
-¡Mirta, no puedo creer que estés aquí! ¿Qué haces en este lugar tan lejano? -exclamó Verónica emocionada. -Me vine de viaje con mi familia y resulta que elegimos el mismo destino que tú. ¡Es increíble encontrarnos así de sorpresa! -respondió Mirta sonriendo.
Las dos primas se pusieron al día contándose todo lo que había pasado en sus vidas desde la última vez que se habían visto. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y decidieron explorar juntas el lugar donde se encontraban.
Caminaron por calles empedradas, descubrieron mercados llenos de colores y sabores nuevos, y se animaron a probar comidas exóticas que nunca antes habían probado. Se reían, compartían anécdotas y disfrutaban cada momento como si el tiempo no existiera.
Pero un día, mientras paseaban por un bosque frondoso, se dieron cuenta de que estaban perdidas. El sol comenzaba a esconderse detrás de las montañas y el miedo empezaba a apoderarse de ellas.
-¡Mirta, ¿qué vamos a hacer? ! Estamos completamente perdidas -dijo Verónica con angustia en su voz. -Tranquila Verónica, no debemos perder la calma. Vamos a recordar lo que aprendimos cuando éramos niñas scouts: buscar señales naturales para orientarnos -respondió Mirta tratando de tranquilizarla.
Juntas empezaron a observar los árboles, las rocas y el sol para intentar encontrar alguna pista que las guiara de regreso al camino principal. Después de un rato, lograron identificar una formación rocosa que recordaban haber visto antes y supieron cómo regresar al pueblo donde estaban hospedadas.
Al llegar allí, ambas primas se abrazaron aliviadas por haber superado juntas ese desafío inesperado. Se dieron cuenta de lo importante que era mantener la calma en situaciones difíciles y trabajar en equipo para encontrar soluciones.
Desde ese día, Verónica y Mirta siguieron explorando juntas el resto del viaje, fortaleciendo su vínculo familiar y creando recuerdos inolvidables. Aprendieron que la unión hace la fuerza y que siempre podían contar la una con la otra sin importar las circunstancias.
Y así terminó su aventura llena de enseñanzas valiosas: dos primas unidas por el amor fraternal dispuestas a enfrentar cualquier desafío juntas.
FIN.