Había una vez, en un reino lejano y lleno de colores, una princesita llamada Sofía.
Sofía no solo era conocida por su belleza, sino también por su bondad y su curiosidad.
Le encantaba explorar los bosques que rodeaban el castillo, donde veía mariposas y escuchaba el canto de los pájaros.
-un día, mientras paseaba por el bosque, encontró a un pequeño zorro atrapado entre unas ramas.
-"¡Oh, pobrecito!" exclamó Sofía, muerta de pena.
-"No te preocupes, te ayudaré," dijo, con determinación.
Con mucho cuidado, Sofía desvinculó al zorro y este, agradecido, le dijo:
-"¡Gracias, Princesa!
Soy Zorrito, y prometo que un día podré devolverte este favor.
"
Sofía sonrió y continuó su camino, feliz de haber ayudado.
Esa tarde, mientras estaba en su jardín, escuchó un gran alboroto.
Un grupo de amigos comenzó a correr aterrorizado.
-"¿Qué sucede?" preguntó Sofía, preocupada.
-
-"¡Hay una serpiente gigante en el río!" gritó su amigo Tomás, el caballero.
Sofía sintió un escalofrío, pero luego recordó que siempre había soñado con ser valiente como un caballero.
-"Vamos a ayudar," decidió, y sus amigos la miraron asombrados.
-"¿Cómo vamos a hacerlo, Princesa?" preguntó Clara, la cocinera.
-
-"Tal vez Zorrito pueda ayudarnos.
Él conoce bien el bosque," sugirió Sofía, alentando a los demás.
Asustados, pero llenos de confianza en Su Princesa, decidieron buscar al pequeño zorro.
Al llegar al lugar donde lo había encontrado, Sofía lo llamó:
-"Zorrito, ven aquí, por favor!"
Un instante después, Zorrito apareció, alegre y lleno de energía.
-"¿Para qué me necesitan?" preguntó.
-"Hay una serpiente en el río y tenemos que ayudar a nuestros amigos!" explicó Sofía.
Zorrito se quedó pensativo y luego dijo:
-"Yo sé qué hacer, pero primero tenemos que ser un equipo.
Debemos distraer a la serpiente, mientras alguien se acerca a ayudar a nuestros amigos.
"
-"Perfecto, ¡lo haremos juntos!" afirmó Sofía, emocionada.
Formaron un plan y cada uno tenía un rol; Sofía, Zorrito, Tomás y Clara trabajaron juntos con valentía.
Cuando llegaron al río, vieron a la serpiente, que parecía molesta.
Sofía se adelantó y, con voz firme, dijo:
-"¡Hola, señora serpiente!"
La serpiente, sorprendida, miró a Sofía.
-"¿Qué quieres, pequeña?" respondió, levitando sobre el agua.
-"Solo queremos asegurarnos de que estás bien.
Nos preocupamos por ti y por nuestros amigos," dijo Sofía, manteniendo la calma.
La serpiente, desconcertada, preguntó:
-"¿Por qué se preocupan por mí?"
-
-"Porque la amistad significa que todos nos cuidamos.
Tal vez podamos ayudarte.
"
Zorrito apoyó su idea.
-"A veces, creemos que somos enemigos, pero podemos ser amigos en vez de eso.
¿Qué podemos hacer por ti?"
La serpiente reflexionó, y entonces admitió:
-"En verdad, no estoy aquí para lastimarlos.
Buscaba un lugar tranquilo para descansar, pero me asusté cuando todos comenzaron a gritar.
"
Sofía y sus amigos se miraron, aliviados.
-"Podemos ayudarte a encontrar un lugar seguro.
No tienes que estar sola," sugirió Clara.
-"Sí, ¡seamos amigos!" sumó Tomás.
Con esta nueva amistad, la serpiente dejó de estar asustada y, guiada por Sofía, todos se acercaron a un claro hermoso en el bosque, donde pudieron disfrutar de un picnic juntos.
La serpiente, que ahora se llamaba Serpentina, aprendió que tenía mucho que ofrecer y se convirtió en una gran amiga del grupo.
Desde ese día, cada vez que Sofía visitaba el bosque, jugaba con Zorrito y Serpentina, y siempre recordaba que la amistad podía cambiar el corazón de las personas.
Y así, en un reino lleno de colores, la Princesa Sofía se convirtió en un símbolo de valentía y amistad, inspirando a todos en su camino.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, pero sus enseñanzas siempre continuarán.
Fin.