Princesas Unidas


Había una vez un castillo muy grande donde vivían muchas princesas. Cada una de ellas tenía su propio cuarto y compartían grandes salones para jugar, estudiar y divertirse juntas.

Eran amigas inseparables y siempre se cuidaban unas a otras. Un día, la más aventurera de las princesas decidió salir al bosque mágico en busca de frutas frescas para compartir con sus hermanas.

Era un lugar lleno de árboles gigantes y flores coloridas que parecían sacadas de un sueño. La princesa caminaba emocionada entre los senderos, reagarrando manzanas, peras y fresas. De repente, mientras se adentraba aún más en el bosque, vio una figura misteriosa entre los árboles.

Era una bruja vestida con túnicas negras y sombrero puntiagudo. La princesa se asustó y pensó que la bruja era malvada como todas las historias que había escuchado.

La bruja notó el miedo en los ojos de la princesa e intentó tranquilizarla: "No temas, querida princesa", dijo con voz suave y amable. "Soy una bruja buena que vive aquí en el bosque mágico". La princesa no sabía qué pensar, pero decidió darle a la bruja el beneficio de la duda.

Se acercó lentamente hacia ella y preguntó: "¿Eres realmente buena?"La bruja sonrió gentilmente y respondió: "Sí, lo soy. A diferencia de lo que dicen las historias, no todas las brujas son malvadas.

Yo me dedico a ayudar a los demás y a hacer el bien". La princesa se sintió aliviada y curiosa. Quería saber más sobre esta bruja tan diferente a las que había conocido en los cuentos.

La bruja le contó historias fascinantes sobre su vida en el bosque mágico, cómo usaba sus poderes para sanar plantas heridas y animales enfermos. A medida que la princesa pasaba más tiempo con la bruja, aprendía valiosas lecciones de vida.

Descubrió que no debemos juzgar a las personas por su apariencia o por lo que dicen los demás, sino por sus acciones y su corazón. La bruja también enseñó a la princesa sobre la importancia de cuidar la naturaleza y respetar todas las criaturas vivientes.

Juntas plantaron árboles nuevos, limpiaron arroyos contaminados y ayudaron a los animales necesitados del bosque. Cuando llegó el momento de regresar al castillo, la princesa estaba llena de gratitud hacia la bruja buena.

Le prometió seguir sus enseñanzas y compartir todo lo aprendido con sus hermanas en el castillo. Al llegar al castillo, todas las princesas estaban ansiosas por escuchar las aventuras de su amiga.

La princesa compartió emocionada todo lo aprendido de la bruja buena: cómo superar prejuicios, cuidar el medio ambiente y ser amable con todos. Desde ese día, todas las princesas del castillo se unieron para marcar una diferencia en el mundo. Aprendieron que cada uno puede usar sus habilidades únicas para hacer del mundo un lugar mejor.

Y así fue como una simple visita al bosque mágico les enseñó a las princesas del castillo sobre la importancia de la amistad, el respeto y la bondad hacia los demás.

Juntas, se convirtieron en un ejemplo para todos aquellos que buscaban vivir en armonía con el mundo que les rodeaba. Y colorín colorado, esta historia de princesas y brujas ha terminado.

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