Promesa de Amigos
Había una vez en el campo, un toro y un cerdo jugando, se separaron sin querer, y ahora se estaban buscando.
El cerdo oinkaba contento, mientras el toro mugía, se reconocieron al instante, con alegría se veían. "¡Amigo cerdito querido! -dijo el toro emocionado- hace tanto que no te veía, me tenías preocupado.
" "¡Toro amigo de mi vida! -respondió el cerdo feliz- te extrañé tanto tiempo, pensé que ya no te vería aquí. " Juntos recordaron travesuras, que solían hacer en la granja, corrían por los campos verdes, sin importarles nada.
"¿Recuerdas cuando escapamos juntos? -preguntó el cerdo riendo- nos metimos en problemas seguro... ¡pero qué divertido fue eso!" "¡Claro que sí! -contestó el toro sonriendo con nostalgia- aunque nos regañaran después...
¡valió la pena la aventura!" Decidieron explorar de nuevo, como en los viejos tiempos atrás, descubrir nuevos caminos juntos, y revivir su amistad sin final.
Caminaron por senderos desconocidos, compartiendo risas y confidencias al andar, aprendiendo uno del otro cada día más, fortaleciendo su lazo sin igual. "¿Sabes torito querido? -dijo el cerdo pensativo- nuestra amistad es un tesoro valioso y único.
" "¡Claro que lo sé! -respondió el toro con cariño sincero- contigo a mi lado siempre seré más fuerte y auténtico.
" Un día llegaron a un río cristalino, donde vieron reflejarse su amistad, entendieron lo importante que era, estar juntos en cualquier realidad. Se prometieron nunca más separarse, valorar cada momento compartido, celebrar su amistad eterna, y seguir juntos en este camino elegido.
Y así termina esta historia encantadora, del toro y el cerdo inseparables como hermanos, enseñándonos sobre lealtad y compañerismo verdadero, que perdura a través de todos los años.
FIN.