Protegiendo a la abuela


Había una vez en un pequeño pueblo de la Patagonia, una niña llamada Caperucita Roja. Era conocida así por siempre llevar puesta una capa roja que le tejieron con mucho cariño su abuela y su madre.

Caperucita era valiente, curiosa y muy inteligente. Un día, la mamá de Caperucita le dijo: "Hija mía, tu abuelita no se encuentra bien y me gustaría que le lleves esta canasta con comida".

Caperucita aceptó encantada y se preparó para emprender el camino hacia la cabaña de su abuela. En el bosque, mientras caminaba rumbo a la cabaña de la abuela, Caperucita se encontró con el astuto lobo feroz.

El lobo, con voz dulce pero intenciones malvadas, le dijo: "-¿A dónde vas tan apurada, Caperucita?". Caperucita respondió con firmeza: "-Voy a llevarle comida a mi abuelita enferma". El lobo pensó rápidamente en un plan para llegar antes a la casa de la abuela y engañar a Caperucita.

Corrió velozmente por un atajo en el bosque y llegó primero a la cabaña. Golpeó suavemente la puerta y la abuelita le preguntó desde adentro: "-¿Eres tú, Caperucita? Entra querida". El lobo entró disfrazado e intentó engañar a la anciana.

Por otro lado, Caperucita seguía caminando por el sendero cuando notó que algo no estaba bien. Decidió confiar en sus instintos y tomó otro camino más largo pero seguro hacia la casa de su abuela.

Al llegar a la cabaña, tocó fuertemente la puerta. La supuesta —"abuelita"  respondió: "-Pasa rápido antes de que entre el lobo". Al escuchar esa extraña voz impostora, Caperucita sospechó inmediatamente del engaño del lobo. Con valentía e inteligencia, decidió actuar sin temor.

Buscando dentro de sí misma las fuerzas necesarias para enfrentar al peligroso animal que había invadido el hogar de su querida abuela. Abrió bruscamente la puerta y allí estaba el lobo feroz intentando engañarla con sus artimañas.

Sin dudarlo ni un segundo más, Caperucita gritó: "-¡Lobo mentiroso! ¡No te permitiré hacerle daño a mi familia!". El lobo sorprendido intentó huir pero ya era demasiado tarde.

Los vecinos del pueblo habían escuchado los gritos de Caperucita y acudieron rápidamente para capturar al astuto animal. Desde ese día en adelante, todos en el pueblo admiraron aún más a Caperucita Roja por su valentía y astucia para proteger a quienes amaba.

Y aunque las cosas parecían difíciles o peligrosas, ella sabía que siempre podía confiar en sí misma para superar cualquier desafío que se presentara en su camino.

Y colorín colorado este cuento se ha terminado; pero recuerda siempre ser valiente como Caperucita Roja y confiar en tus instintos para enfrentar los desafíos que puedan aparecer en tu vida. ¡Hasta pronto!

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