Rainbow Dreams



ía un boleto para ir al mar. Lupita era una niña muy ingeniosa y siempre buscaba soluciones creativas a sus problemas.

Así que decidió poner manos a la obra y comenzó a recolectar todos los materiales necesarios para hacer arcoíris de papel. Con mucho esfuerzo, paciencia y amor, Lupita creó hermosos arcoíris que parecían sacados del cielo. Un día, decidió llevar sus arcoíris al mercado del pueblo para venderlos.

Al llegar, se encontró con Don Manuel, el dueño de una tienda de souvenirs. Don Manuel quedó fascinado con los coloridos arcoíris y le compró todos los que tenía Lupita. "-¡Estos arcoíris son realmente maravillosos! ¿Dónde los conseguiste?"- preguntó Don Manuel emocionado.

"-Los hice yo misma", respondió Lupita orgullosa. Don Manuel quedó impresionado por la habilidad de Lupita y le propuso un trato: si ella seguía haciendo más arcoíris, él se encargaría de venderlos en su tienda y le daría una parte de las ganancias.

Lupita aceptó emocionada porque esto significaba que estaría cada vez más cerca de cumplir su sueño de conocer el mar. Poco a poco, la noticia sobre los hermosos arcoíris hechos por Lupita se fue extendiendo por todo el pueblo.

La gente venía desde otros lugares solo para comprar uno de esos mágicos arcoíris hechos por la pequeña niña. Las ventas aumentaron rápidamente y pronto Lupita tenía suficiente dinero para comprar un boleto de autobús hasta la costa.

Cuando Lupita finalmente llegó al mar, se emocionó tanto que no podía contener su alegría. Corrió hacia la orilla y dejó que el agua salada mojara sus pies por primera vez.

El sonido de las olas y la brisa del mar llenaron su corazón de felicidad. Pasaron los días y Lupita disfrutaba cada momento en el mar.

Se hizo amiga de otros niños que también estaban de vacaciones y juntos construyeron castillos de arena, nadaron en el océano y recogieron almejas marinas. Un día, mientras Lupita estaba explorando una cueva cerca del mar, encontró un mensaje en una botella. El mensaje decía: "Querida Lupita, tu valentía, creatividad e ingenio nos han inspirado a todos.

Gracias por compartir tus arcoíris con el mundo. Nunca olvides que los sueños pueden hacerse realidad si trabajas duro para alcanzarlos".

Lupita se sintió muy feliz al leer esas palabras y comprendió lo importante que era creer en uno mismo y nunca rendirse frente a las dificultades. Finalmente, llegó el momento de regresar a su pueblo. Lupita guardó un poco del dinero ganado para ayudar a su familia y decidió seguir haciendo arcoíris para venderlos durante los fines de semana.

Desde ese día en adelante, Lupita siguió compartiendo su amor por los colores con todos aquellos que deseaban ver un pedacito del cielo en sus hogares.

Su historia se convirtió en una inspiración para muchos niños que aprendieron la importancia del esfuerzo y la creatividad para alcanzar sus sueños.

Y así, Lupita demostró que no importa cuán lejos esté el mar o cuánto dinero tengas, siempre puedes encontrar una manera de cumplir tus sueños si tienes fe en ti mismo y trabajas duro para lograrlo.

FIN.

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