Rainu, la Rana Soñadora
En una ciudad vestida con un manto de nieve, donde las luces titilaban como estrellas, vivía una rana llamada Rainu. Su color azul, rosa y blanco la hacía destacar entre la nevada, y sus ojos brillaban con los tonos del atardecer. Aunque era tímido, tenía un gran sueño: ser un actor famoso.
Un día, mientras estaba en su casa, escuchó un anuncio en la radio: "¡Gran concurso de talentos de la ciudad! Todos los artistas están invitados a mostrar sus habilidades en el gran teatro!".
"¡Qué emocionante!", pensó Rainu, su corazón latía con fuerza, pero la timidez lo llenó de dudas. "¿Y si me atraganto con una palabra? Yo... yo nunca he actuado frente a otros...".
Caminó hacia el parque, triste y pensativo. De repente, una ardilla llamada Chispa saltó frente a él.
"¿Por qué tan triste, amigo rana?" - preguntó Chispa con su voz alegre.
"Escuché sobre el concurso de talentos, pero tengo miedo de actuar en frente a todos..." - respondió Rainu.
"¡No te preocupes! Puedes ensayar conmigo. Tengo un gran espectáculo en mente. ¡Seremos un gran equipo!" - dijo Chispa emocionada.
Durante semanas, Rainu y Chispa practicaron juntos. Rainu utilizó su talento para cocinar y preparó meriendas deliciosas que compartían después de cada ensayo. Pintaba hermosos carteles para promocionar su acto.
Un día, mientras ensayaban sus líneas, la ardilla se dio cuenta de que Rainu estaba más cómodo, y le preguntó:
"¿Qué te motiva a actuar?"
Rainu miró al cielo y respondió: "Siempre he querido contar historias y hacer reír a los demás. Cuando pinto, imagino mundos mágicos, y creo que podría explorar esos mundos en el escenario."
El día del concurso llegó, y Rainu estaba nervioso. Con su vestido de colores y su pintura del atardecer, se sintió un poco más seguro. Chispa tomó su mano y le dijo:
"¡Vamos, Rainu! Recuerda, estamos juntos en esto. Actuar es como cocinar; ¡solo hay que tener confianza y disfrutar!"
Cuando fue su turno, Rainu salió al escenario casi temblando, pero al ver las sonrisas del público, sintió que la magia comenzaba. Empezaron su actuación, y Rainu, llenándose de valor, comenzó a contar la historia de un príncipe que quería ser jester. El público se reía y disfrutaba cada momento.
Sin embargo, justo cuando empezó la parte más divertida, un perro travieso del público ladró y se escapó, causando problemas y distracciones. La gente empezó a reírse, pero Rainu no se dejó llevar por el caos. En vez de rendirse, improvisó,
"¡Parece que tenemos un jester en el público! ¿Qué tal si él también se une a nuestra historia?" - dijo, mirando al perro.
La creatividad y la confianza de Rainu hicieron que el público estallara en risas y aplausos. Cuando terminaron, todos se pusieron de pie aplaudiendo. No sólo fue un éxito, sino que Rainu se sintió por fin como él mismo, brillando con sus colores.
Al final de la noche, Chispa se acercó a él.
"¡Ves! ¡Lo hiciste! ¿Vas a actuar otra vez?"
"Sí, pero la próxima vez, creo que también podré pintar un nuevo fondo para nuestra historia" - respondió Rainu, sonriendo con los ojos contemplando el horizonte.
Desde aquel día, Rainu no solo siguió actuando, sino que también empezó a organizar talleres de teatro donde otros animales tímidos podían mostrarse, y juntos contar historias. La ciudad, antes fría y gris, se llenó de risas y colores, gracias a la valentía de una tímida rana que decidió seguir su sueño.
FIN.