Ramiros True Colors
en la hermosa provincia de Misiones, en Argentina. Esta rana se llamaba Ramiro y siempre había sido diferente a las demás ranas.
Mientras que todas las demás eran verdes, él era rojo y negro, lo que lo hacía destacar entre la multitud. Un día, mientras exploraba el pantano en busca de aventuras, Ramiro se encontró con un sapo llamado Simón. A diferencia de Ramiro, Simón era verde como todas las demás ranas del lugar.
Sin embargo, eso no les impidió entablar una amistad instantánea. "¡Hola! Soy Ramiro", dijo emocionado el pequeño anfibio rojo y negro. "¡Mucho gusto, Ramiro! Soy Simón", respondió Simón con una sonrisa amigable.
Desde ese momento, los dos amigos comenzaron a pasar mucho tiempo juntos. Exploraban el bosque en busca de insectos para comer y jugaban juegos divertidos en el pantano. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Ramiro comenzó a sentirse triste por ser diferente.
"Simón, ¿alguna vez te has sentido mal por ser diferente?", preguntó Ramiro con voz bajita. "Claro que sí", respondió Simón comprensivo. "Todos nos sentimos así alguna vez". Simón le explicó a su amigo que la diversidad es algo maravilloso y especial.
Le contó historias sobre otros animales únicos que habían dejado huella en el mundo por ser diferentes. Esto hizo que Ramiro se sintiera mejor consigo mismo y empezara a apreciar su propia singularidad.
Un día caluroso de verano, mientras los dos amigos nadaban tranquilamente en el pantano, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque. Se acercaron sigilosamente para investigar y descubrieron a un grupo de ranas verdes que se burlaban de Ramiro por ser diferente.
"¡Miren a ese raro!", se reían las ranas verdes. "¡Esa combinación de colores no tiene sentido!", agregaban entre risas. Ramiro se sintió muy triste y avergonzado. Pero Simón, siempre positivo y valiente, decidió intervenir.
"¡Basta ya!", exclamó Simón con firmeza. "Ramiro es especial tal como es. Su color rojo y negro lo hace único y hermoso". Las ranas verdes quedaron en silencio, sorprendidas por la valentía de Simón.
Poco a poco, comenzaron a darse cuenta de que estaban siendo crueles e injustas con Ramiro. "Lo sentimos mucho, Ramiro", dijeron tímidamente las ranitas arrepentidas. "No deberíamos haberte tratado así". Ramiro miró a sus compañeras con comprensión y perdonó su comportamiento hiriente.
A partir de ese día, todas las ranitas aprendieron una importante lección sobre la importancia de aceptar y respetar la diversidad.
A medida que pasaba el tiempo, la noticia sobre el valor y amistad demostrados por Ramiro y Simón se expandió por todo el bosque. Otros animales empezaron a admirarlos por su coraje al defender lo que creían correcto. Desde aquel día, Ramiro dejó atrás cualquier inseguridad sobre su apariencia única.
Se convirtió en un símbolo de diversidad y aceptación en el pantano, inspirando a otros animales a ser auténticos y valorar las diferencias.
Y así, gracias a la amistad entre Ramiro y Simón, el pantano se convirtió en un lugar lleno de respeto y amor hacia todas las criaturas que lo habitaban. Todos aprendieron que no importa cómo se vean por fuera, lo que realmente importa es cómo son en su interior. Y colorín colorado, esta historia de amistad y aceptación ha terminado.
FIN.