Ramona y el reencuentro con Juanita


En un hermoso campo en las afueras de Buenos Aires vivía una abuelita llamada Juanita. Ella tenía una preciosa gallinita llamada Ramona, la cual era su compañera inseparable.

Todos los días, Juanita y Ramona paseaban juntas por el campo, buscando insectos y semillas para comer. Un día soleado, mientras Juanita estaba ocupada regando sus plantas en el jardín, Ramona decidió aventurarse más allá de la cerca y explorar los alrededores.

Al principio, solo quería investigar un poco, pero pronto se encontró perdida en un camino desconocido. "¡Ramona! ¡Ramona! ¿Dónde estás?" -llamaba angustiada Juanita mientras buscaba a su amiga por todas partes.

Ramona, asustada por estar sola en un lugar desconocido, decidió seguir caminando hasta que finalmente llegó a otra granja. Allí conoció a otras gallinas que le dieron la bienvenida amablemente y compartieron su comida con ella. Mientras tanto, Juanita seguía buscando a Ramona desesperadamente.

Recorrió todo el campo preguntando a los vecinos si la habían visto, pero nadie sabía dónde podía estar su querida gallinita. Pasaron varios días y finalmente Juanita recibió una visita inesperada. Era el dueño de la granja donde se encontraba Ramona.

Le explicó lo sucedido y le contó cómo Ramona había llegado hasta allí por accidente. "Juanita, lamento mucho que tu gallinita se haya perdido. Pero me alegra decirte que está sana y salva en mi granja.

¿Te gustaría venir a visitarla?" -dijo el dueño de la granja con una sonrisa comprensiva. Juanita no podía creerlo. Estaba emocionada de volver a ver a su amiga plumífera después de tanto tiempo.

Sin perder un segundo más, partió hacia la granja junto al dueño. Cuando Ramona vio a Juanita llegar corrió hacia ella emocionada cacareando felizmente. La abrazaron con ternura y ambas sintieron una alegría indescriptible al reencontrarse.

Desde ese día, Juanita visitaba regularmente la granja para ver a Ramona e incluso colaboraba con tareas como recolectar huevos o alimentar a las demás gallinas del lugar.

La historia de Juanita y Ramona nos enseña sobre la importancia de la amistad verdadera y cómo superar los obstáculos juntos puede fortalecer los vínculos afectivos. A veces las separaciones temporales pueden ser oportunidades para crecer y valorar aún más aquello que tenemos cerca.

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