Rapunzel y la Aventura de la Espada Perdida



Había una vez, en un reino lejano, una hermosa princesa llamada Rapunzel. Con su largo y radiante pelo dorado, vivía en una torre alta, guardada por una bruja malvada que había robado su libertad. La bruja, conocida como la Vieja Morera, cuidaba de Rapunzel, pero le prohibía salir y conocer el mundo.

Un día, mientras Rapunzel peinaba su cabello, sintió que algo brillaba en el jardín. Al asomarse por la ventana, vio un destello en el suelo. "¡Parece una espada!" pensó, intrigada.

Justo en ese momento, una pequeña iguana verde apareció en la ventana. Con su voz chillona, dijo: "Hola, Rapunzel. Soy Iggy, la iguana mágica. He venido para ayudarte a salir de aquí."

"¿Ayudarme? Pero ¿cómo? La bruja nunca me dejará salir."

Iggy se subió a su hombro y le respondió: "He oído rumores sobre una espada mágica que puede romper los hechizos de la Vieja Morera. ¡Debemos encontrarla!"

Rapunzel, emocionada por la idea de tener un poco de aventura, decidió que debía intentarlo. Con su largo pelo, se hizo una trenza resistente y la ató al alféizar de la ventana. "¡Vamos! ¡Voy a escalar!"

Al bajar, se dio cuenta de que el jardín estaba lleno de plantas luminosas y coloridas. Sin embargo, un rayo de luna iluminó un camino oscuro, y Rapunzel sintió miedo. "Iggy, ¿no será peligroso?"

"Solo necesitamos ser valientes y seguir adelante. Recuerda, la aventura está en ti."

A medida que avanzaban, se encontraron con la Vieja Morera, que estaba guardando la espada mágica. "¡Alto! ¿Qué hacen aquí, intrusos?" grito la bruja.

Rapunzel, temblando, respondió: "Venimos a buscar la espada que destruirá tu hechizo..."

La bruja se echó a reír y dijo: "¡Creen que pueden vencerme! Pero verá que no son más que fanfarrones."

Iggy, rápido como un rayo, saltó y distrajo a la bruja mientras Rapunzel se acercaba a la espada. Sin embargo, cuando estaba a punto de tomarla, la bruja lanzó un hechizo que hizo que Rapunzel cayera al suelo. "¡No te atrevas a tocarla!"

Rapunzel, decidida, se levantó. "No me rendiré. ¡Mi valentía es más fuerte que tu magia!"

Con la ayuda de Iggy, quien usó su agilidad para sacar a Rapunzel de la línea de fuego de la bruja, ella tomó la espada mágica.

"¡Ahora, Vieja Morera! ¡Es hora de liberar mi reino y a mí de tu hechizo!"

Al levantar la espada, un resplandor dorado iluminó el lugar y las malas energías de la bruja comenzaron a desvanecerse. "¡No! ¡Esto no puede estar sucediendo!"

Pero la magia de la espada era más poderosa. Con un último grito, la Vieja Morera desapareció en una nube de humo, dejando atrás solo un abrigo viejo.

"¡Lo logramos!" gritó Iggy con alegría.

"¡Soy libre! ¡Gracias, Iggy!" respondió Rapunzel, llenándose de felicidad.

Juntas regresaron al castillo, donde Rapunzel pudo ver a su familia nuevamente. "Ahora puedo ser yo misma, explorar el mundo y ayudar a los demás."

La iguana asintió, sonriendo. "Y siempre recordarás que, aunque las cosas parezcan difíciles, la valentía, la amistad y un poco de magia pueden lograr lo imposible."

Y así, Rapunzel comenzó nuevas aventuras en su reino, enseñando a todos a ser valientes y a nunca rendirse, porque dentro de cada uno hay un héroe esperando brillar. Y desde entonces, la iguana Iggy se convirtió en su mejor amiga, acompañándola en cada nueva aventura.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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