Recordando a Papá


Marco era un niño muy activo y curioso que disfrutaba de pasar tiempo con su mamá, pero últimamente había estado olvidando cosas importantes sobre su padre.

Su mamá se había dado cuenta de esto y decidió hablar con él para entender lo que estaba sucediendo. "Marco, ¿te acuerdas de tu papá?", preguntó su mamá. "Sí, mami. Papá trabaja todo el día", respondió Marco.

Su mamá suspiró, sabía que debía hacer algo para ayudar a Marco a recordar a su padre antes de que fuera demasiado tarde. Un día, mientras paseaban por el parque, Marco vio a un señor mayor sentado en un banco alimentando palomas. Se acercó al hombre y comenzaron a conversar.

El hombre le contó historias divertidas sobre cuando él era joven y cómo solía jugar al fútbol con sus amigos en ese mismo parque. "Wow, eso es genial", dijo Marco emocionado.

Después de unos minutos hablando con el anciano, la madre de Marco se acercó para saludarlo también.

Fue entonces cuando se dio cuenta de algo sorprendente: ¡el anciano resultaba ser el abuelo paterno de Marco! La madre no podía creerlo; ella no conocía mucho sobre la familia del padre de Marco porque nunca habían estado cerca después del divorcio. Pero ahora tenía una oportunidad única para ayudar a su hijo a recordar más sobre él. Así fue como comenzaron las visitas regulares al abuelo paterno.

Cada vez que iban lo pasaban muy bien juntos: jugaban juegos divertidos y escuchaban historias interesantes del pasado del abuelo. Poco a poco, Marco comenzó a recordar más y más sobre su padre.

Un día, mientras estaban en casa, la madre de Marco le preguntó si recordaba algo especial que había hecho con su papá. Marco se detuvo por un momento para pensar y luego dijo:"Sí, mami. Papá me enseñó a hacer burbujas gigantes".

La mamá sonrió al escuchar esto; ella sabía que era un buen comienzo. Así fue como comenzaron las aventuras de burbujas gigantes en el jardín trasero de la casa. Cada vez que soplaba una burbuja grande, Marco se reía y decía:"Mira, mami.

¡Esto es lo que hacía papá!"Poco a poco, los recuerdos empezaron a regresar y Marco estaba feliz de tener nuevamente presente la imagen de su padre en su mente.

La madre entendió entonces que lo importante no era sólo hablar del pasado sino crear nuevos recuerdos con el abuelo paterno y mantener viva la memoria del padre dentro del niño.

Así fue como aprendieron juntos que siempre hay una oportunidad para recuperar lo perdido y construir relaciones nuevas e importantes para nuestras vidas. Y aunque el tiempo pasa rápido, los recuerdos nunca se olvidan si los mantenemos vivos en nuestros corazones.

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