Recreos en armonía



En la escuela "El Horizonte", el recreo era el momento más esperado por todos los alumnos de 6to grado.

Los niños salían corriendo de las aulas en busca de diversión y juegos, llenando el patio con risas y gritos que resonaban por todo el colegio. Pero un día, algo inesperado sucedió. El bullicio durante los recreos se volvió tan intenso que la directora decidió tomar cartas en el asunto.

-¡Niños, necesito su atención! -gritó la directora desde el centro del patio, mientras agitaba sus brazos para llamar la atención de los alumnos. Todos los niños se detuvieron sorprendidos y se acercaron curiosos a escuchar lo que tenía para decirles.

-Entiendo que el recreo es un momento para divertirse y jugar, pero debemos recordar ser respetuosos con nuestros compañeros y cuidar nuestro espacio común. El exceso de ruido puede molestar a otros que están estudiando en las aulas cercanas.

¿Podemos comprometernos a hacer del recreo un momento divertido pero también respetuoso? Los niños asintieron con seriedad, comprendiendo la importancia de lo que la directora les estaba diciendo. A partir de ese día, los alumnos de 6to grado se propusieron cambiar la dinámica del recreo.

Decidieron organizarse para jugar en grupos más pequeños, distribuirse por distintas áreas del patio para no concentrar tanto ruido en un solo lugar y respetar turnos para usar los juegos.

Así fue como poco a poco lograron transformar esos recreos bulliciosos en momentos mucho más armoniosos y divertidos. Los niños descubrieron que podían seguir divirtiéndose sin necesidad de hacer tanto ruido ni alterar a los demás.

Un mes después, la directora felicitó a los alumnos por su cambio positivo e incluso les propuso organizar juntos una jornada especial al aire libre como recompensa por su esfuerzo y cooperación.

Los niños celebraron emocionados esta noticia y comenzaron a planificar actividades al aire libre: juegos tradicionales, picnic compartido, competencias deportivas amistosas y hasta una búsqueda del tesoro por todo el colegio. Ese día especial llegó finalmente y todos disfrutaron al máximo cada momento juntos.

Se dieron cuenta de que trabajar en equipo y respetarse mutuamente no solo mejoraba su convivencia diaria en la escuela sino que también fortalecía sus vínculos de amistad.

Al atardecer, mientras observaban juntos un hermoso atardecer pintado de colores cálidos en el cielo, los niños comprendieron una importante lección: cuando nos esforzamos por mejorar como personas y colaboramos unos con otros, podemos lograr grandes cosas juntos. Y así, entre risas y complicidad, terminó aquel día inolvidable donde 6to grado demostró que incluso los cambios más simples pueden marcar una gran diferencia cuando se hacen con amor y solidaridad.

FIN.

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