Rectina y los Rayos de Luz
En un lejano y mágico mundo, había una recta muy especial llamada Rectina. Rectina era única en su especie, ya que tenía la capacidad de emitir rayos de luz con solo desearlo.
Estos rayos tenían el poder de crear segmentos brillantes que conectaban puntos en el aire, formando figuras matemáticas sorprendentes. Un día, Rectina se encontraba aburrida y decidió utilizar su don para divertirse un poco.
Emitió un rayo luminoso que creó varios segmentos en el aire, formando un triángulo perfecto. Estaba tan emocionada con su creación que no se dio cuenta de que había perturbado a Rayito, un pequeño rayo travieso que vivía cerca.
- ¡Rectina! ¿Qué estás haciendo? -exclamó Rayito mientras revoloteaba a su alrededor-. ¡Deja de jugar con tus luces y déjame descansar! Rectina se disculpó rápidamente y deshizo el triángulo para no molestar más a Rayito.
Sin embargo, este incidente despertó la curiosidad de Puntita, una diminuta pero valiente puntita que observaba todo desde lejos. - ¡Eso fue increíble, Rectina! Nunca antes había visto algo así -dijo Puntita emocionada-.
¿Podrías mostrarme cómo lo hiciste? A pesar del regaño de Rayito, Rectina sonrió ante la emoción de Puntita y decidió enseñarle cómo usar sus habilidades mágicas para crear formas geométricas fascinantes. Juntas empezaron a jugar con los segmentos brillantes, formando círculos, cuadrados y muchas otras figuras matemáticas.
Con el tiempo, Puntita se volvió una experta en geometría gracias a las enseñanzas de Rectina. Las dos amigas exploraban el mundo mágico creando formas cada vez más complejas y hermosas. Rayito también se unió finalmente al juego, aprendiendo a controlar sus travesuras y contribuyendo con destellos extraños pero divertidos.
Un día, cuando estaban construyendo una esfera gigante hecha de segmentos relucientes, apareció Triangulín, un ser triangular muy sabio que habitaba en las alturas del mundo mágico.
- ¡Veo que han estado trabajando duro y aprendiendo mucho sobre geometría! -exclamó Triangulín con alegría-. Pero recuerden siempre: la verdadera magia está en la amistad y en compartir nuestros conocimientos para hacer del mundo un lugar mejor.
Las cuatro criaturas asintieron con gratitud hacia Triangulín y continuaron jugando juntas mientras compartían risas y aprendizajes.
Desde ese día, Rectina siguió iluminando el mundo con sus rayos creativos junto a sus amigos Puntita, Rayito y Triangulín; demostrando que incluso las cosas más simples pueden convertirse en aventuras extraordinarias cuando se comparten con amor y compañerismo en este maravilloso mundo mágico lleno de geometría e imaginación.
FIN.