Recuerdos de amistad



Había una vez una linda chica llamada Lupenta, quien siempre era alegre y curiosa. Un día, mientras paseaba por el parque, vio a un chico llamado Robertito jugando con un adorable peluche.

Lupenta se acercó tímidamente a Robertito y le preguntó: "Hola, ¿puedo jugar contigo y tu peluche?". Robertito sonrió y respondió: "¡Claro que sí! Mi nombre es Robertito, y este es mi querido amigo Peluchín". Desde ese momento, Lupenta y Robertito se volvieron inseparables.

Juntos pasaban horas jugando en el parque, inventando historias con Peluchín como protagonista. Cada día era una nueva aventura llena de risas y diversión.

Un día, mientras estaban construyendo un castillo de arena en la playa, Lupenta notó que Robertito parecía triste. Preocupada por su amigo, ella le preguntó: "Robertito, ¿qué te pasa? Pareces preocupado". Robertito suspiró profundamente y dijo: "-Es que mañana tengo que irme de viaje muy lejos durante mucho tiempo.

Extrañaré mucho a Peluchín y no sé cómo será sin él". Lupenta abrazó a su amigo para consolarlo y pensó rápidamente en cómo ayudarlo.

Entonces tuvo una brillante idea:"-¡Ya sé qué podemos hacer! Podemos hacerle un álbum de fotos especial a Peluchín para que nunca lo olvides mientras estás lejos", sugirió Lupenta emocionada. Los ojos de Robertito se iluminaron ante la idea. Juntos corrieron hacia la casa de Lupenta y comenzaron a buscar las fotos más divertidas de Peluchín.

Recortaron papel de colores, pegaron las fotos y escribieron mensajes cariñosos en cada página. Al día siguiente, Lupenta y Robertito se encontraron en el parque antes de que Robertito partiera. Lupenta le entregó el álbum a su amigo con una sonrisa cálida.

"-Aquí tienes, Robertito. Cada vez que extrañes a Peluchín, solo tienes que abrir este álbum y recordar todos los maravillosos momentos que pasamos juntos", dijo Lupenta dulcemente.

Robertito abrazó fuertemente a su amiga mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de alegría. "-¡Gracias, Lupenta! Este regalo es lo mejor que me han dado nunca", expresó emocionado. A medida que los días pasaban, Robertito miraba el álbum constantemente mientras estaba lejos.

Recordaba todas las risas y aventuras compartidas con Peluchín y Lupenta. Aunque extrañaba mucho a su amiga y al peluche, sabía que siempre tendría esos hermosos recuerdos cerca de su corazón. Finalmente, el día del regreso llegó.

Robertito corrió hacia el parque para reunirse con Lupenta y mostrarle cuánto había disfrutado del álbum. Cuando se encontraron nuevamente, ambos saltaron de alegría al verse. "-¡Lupenta! ¡Extrañé tanto nuestros juegos!" exclamó Robertito emocionado. Lupenta sonrió felizmente: "-Yo también te extrañé mucho, Robertito".

Desde aquel día en adelante, la amistad entre Lupenta y Robertito se hizo aún más fuerte. Juntos continuaron creando nuevos recuerdos y compartiendo risas interminables.

Y así, Lupenta y Robertito demostraron que una amistad verdadera puede superar cualquier distancia y obstáculo, siempre que estén dispuestos a cuidarse mutuamente y mantener viva la magia de los momentos compartidos.

FIN.

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