Reencuentro en la Prepa



Era un día soleado en la prepa cuando Diego se sorprendió al ver a alguien familiar entre la multitud de estudiantes. Era Danna, su mejor amiga de la primaria, con quien había compartido risas, juegos y secretos. Desde que habían terminado la primaria, Diego había estado en una nueva escuela y, aunque mantenían el contacto por mensajes, hacía tiempo que no se veían.

Diego, nervioso pero emocionado, decidió acercarse a ella. Mientras caminaba, recordó todos los momentos divertidos que habían compartido en el patio de la primaria.

"¡Danna!" - gritó con alegría.

Danna se dio vuelta, y su rostro se iluminó al verlo.

"¡Diego! No puedo creer que seas tú! ¿Cómo has estado?"

"Bien, un poco perdido en esta nueva vida, pero bien. ¿Y vos? ¿Seguiste dibujando como antes?"

"Sí, todavía me encanta... incluso tengo un pequeño club donde dibujo con algunos amigos de la prepa" - le respondió Danna, sonriendo.

Los dos comenzaron a recordar anécdotas de la primaria y, de repente, Diego sintió como si el tiempo no hubiera pasado. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que las cosas en la prepa no siempre eran tan sencillas.

"Me hubiese encantado que estuviésemos en la misma sección, a veces me siento un poco sola" - confesó Danna, bajando la mirada.

"No te preocupes, en esta etapa hay mucha oportunidad de hacer nuevos amigos. A veces hay que arriesgarse" - le dijo Diego con ánimo.

Esa semana, Diego decidió invitar a Danna a un evento de arte que estaban organizando en la escuela.

"¿Te gustaría venir? Puede ser una buena manera de que conozcas a más chicos y de mostrar tu arte" - sugirió.

Danna aceptó con una gran sonrisa, pero cuando llegó el día del evento, algo inesperado sucedió. Danna estaba nerviosa y no quería presentar su trabajo al público. Diego, al verla así, decidió ayudarla.

"Vamos, Danna. Recordá lo que decíamos de arriesgarnos. Yo te acompañaré, no tenés que hacerlo sola" - insistió.

Danna lo miró a los ojos, y se dio cuenta de que su amigo creía en ella. Con un profundo suspiro, decidió hacer su presentación. Cuando salió al escenario, Diego la observó con admiración.

Danna no solo mostró su talento, sino que también compartió historias sobre sus dibujos y lo que cada uno significaba para ella. Al final, la gente aplaudió con entusiasmo.

"¡Lo lograste!" - exclamó Diego al abrazarla una vez que finalizó.

"No lo hubiese hecho sin vos, gracias por darme ese empujoncito" - dijo Danna, con lágrimas de felicidad.

A partir de ese momento, Danna se sintió más segura y comenzó a hacer más amigos. Los días se volvieron más brillantes, y los dos amigos comenzaron a crear nuevos recuerdos, mientras buscaban aventuras en su nueva etapa en la prepa. Cada semana, exploraban actividades juntos, desde la fotografía hasta el teatro.

Un día, mientras disfrutaban de un picnic en el parque, Diego le dijo a Danna:

"¿Sabés qué? Creo que nuestra amistad es más fuerte ahora. Hemos crecido, pero seguimos apoyándonos. Eso es lo que importa".

Danna sonrió, asintiendo con la cabeza. Aprendieron que, aunque la vida los había llevado por caminos diferentes, siempre podrían volver a encontrarse y apoyarse.

El reencuentro no solo fortaleció su amistad, sino que les enseñó el valor de la confianza y el apoyo mutuo, algo que los acompañaría por el resto de sus vidas.

FIN.

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